O7.

3.9K 465 323
                                    

Rusia fue a recoger a su hermana de la escuela, de la cual durante todo el camino, estuvo callada, quieta, algo fuera de lo común para el mayor. Siempre escuchaba la voz chillona de su hermana sin callarse, le pareció extraño.

— Bielorrusia, ¿cómo te fue?. —

— Hmm, bien, supongo. —

¿Ya?, ¿solo eso?, Rusia observó como se alejaba acercándose hacia las escaleras, pero la detuvo sujetando su mano, llamando la atención de esta.

— ¿Algo pasó?, se que algo pasó. Habla, Bielo. —

— No. Es solo que.. algunos niños son muy groseros. —

— ¿Porque?, ¿que te hicieron?. —

— No importa.. ¿sabes? conseguí algunos amigos, ellos me hablaron bien desde un principio y me cayeron bien. Comimos juntos y nos sentamos juntos. Además, me felicitaron algunos maestros por ser una de las primeras en acabar mis trabajos. —

Eso lo aliviaba y lo ponía contento un poco.

— Nena, si hay alguien que te molesta, díselo a algún maestro, como te dije. ¿Está claro?. —

La menor solo asistió con la cabeza, alejándose nuevamente para subir las escaleras e irse a su cuarto.

Rusia se acercó a el sofá pequeño de la sala, sentándose lentamente, comenzando a cerrar sus ojos, estaba cansado y no sabía de que, solo tenía sueño, una vibración en su celular lo hizo abrir sus ojos.

Observó que era y pudo ver que era un mensaje de China con el número de el mexicano. Observó el número de este, acercando lentamente su dedo para hacer la llamada.

Pero..

¿Estaba seguro?.
¿Sería buena idea llamarlo?.

¿Cómo sería?.
¿Se llevarían bien?.

Tenía muchas preocupaciones ahora, pero es mejor intentar. Toco rápidamente el número, comenzando a marcar.

— ¿Bueno?, ¿México?.. —

(...)

Rusia esperaba en aquella mesa de restaurant al mexicano, ¿era necesario esto? ¿que acaso no podían haberse citado en alguna de las casas de los dos?. Ya no importaba.

Esperaba con ansias a conocer al mexicano, no sabía porque estaba así, ¿será acaso porque conocería a alguien después de años? no sabía bien porque esa ansiedad.

— ¿Rusia?. —

Alzó la mirada, observando al del águila, sus cejas tomaron forma de arco al observarlo. Tenía que admitirlo, era alguien que llamará la atención.

— Si, soy yo.. ¿tu eres México?. —

— ¡Simón, un gusto pues!. —

Dibujo una sonrisa para el mayor, quien correspondió lentamente. Se levantó para hacer un poquito de lado la silla y así se sentará el mexicano, arrimando nuevamente la silla.

Un mesero se acercó dándole la carta del menú, agradeciendo por el acto.

— Me contó un poco China sobre ti.. —

— ¿Ah sí?, ¿que te dijo?. —

— Que eres alguien buena onda y divertido y ya no se qué más. —

— Pues puedo decirte que es la mera verdad. — soltó una risilla pequeña.

Pasaron tiempo hablando de varias cosas, sacando unas cuantas carcajadas durante las conversaciones.

Hasta que algo volvió incómoda la charla.

Rusia quedó callado al sentir la mano del mexicano deslizarse por su pierna, desde la rodilla hasta casi tocar la entrepierna.

— Que lindo eres. Jamás había conocido a un hombre tan lindo como tú.. tan tierno y guapo. —

— ¿E - Enserio?.. —

— Si, hablo más que enserio.. —

Pudo notar una mirada y tono de voz diferente en el mexicano, como si tratase de coquetearlo en ese momento con solo esos gestos.

— México.. no hagas eso. —

— ¿Hacer que?, ¿no te gusta?. —.

Quito rápidamente la mano de este, sujetándola con algo de fuerza, sobresaltando al contrario.

No me gusta para nada. México, vas demasiado rápido. —

— ¿D - De que hablas?. —

— No te hagas. Me estás tocando sin mi permiso, con apenas conocernos y sin ser nada. Me tengo que ir. —

Se levantó de golpe de su asiento, soltando la mano de el tricolor, siendo detenido por este.

— Perdón, si te incomode. No era mi intención, solo.. trataba de entrar en ambiente. Te prometo que no volverá a pasar, por favor, quédate un poco más. —

Rusia observó con desconfianza a México, quien dió una pequeña sonrisa.

Es que.. ¿que demonios le pasaba? ¿porque hizo eso? no lo conoce como tal y ya le estaba coqueteando. Rusia no es tonto, se percató de esto, pero ya, lo iba a dejar como una de sus tantas experiencias incómodas en su vida.

Botó un suspiro pesado.

— Está bien.. —

Se sentó en su lugar, sentándose el contrario con una gran sonrisa en su rostro.

Siguieron charlando de cualquier cosa, ya no notando ese tono de voz ni esa mirada. Talvez fue su impulso o algo parecido, no sabía cómo explicar aquello.

De todas maneras, le fue incómodo.
Pero aún así, tenía que admitirlo, México es una persona maravillosa; humilde, gracioso, positivo y respetuoso, bueno, más o menos.

De verdad, ¿México quiere algo con él o algo parecido? y sino, ¿porque esas acciones?.

Esto se ponía cada vez más raro.

━━━━━━━━━
Perdonen si ando actualizando
mucho el libro, pero es que no
creo poder actualizar estos días
y prefiero dejarles algunos capí-
tulos para que se entregan.
No por huevos me dicen bobo haha,
perdón linds):

📌 En busca de MI PAZ. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora