55.

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Había pasado un par de horas desde ese suceso tan incómodo. Ahora, la pelirroja, se encontraba sentada enfrente de ese gran cristal que deba a la vista el hospital en donde se encontraba junto con Ale, en ese misma habitación. Podía notar el cielo nublado y negro, un huracán se aproximaba, lo pudo ver en las noticias.

— Sigo sin creer que te hayas teñido, tu cabello era hermoso así, dorado como el oro — la voz del alemán, llamo la atención de su contraria —, ahora es rojizo como un rubí —

— Quería algo nuevo, verme diferente, no tiene nada de malo experimentar cosas nuevas, además de que es el color favorito de China y quería darle una sorpresa, todo es su culpa — ambos rieron sutiles.

— Oye, a mí no me eches la culpa — la repentina aparición del asiático, causó una risilla más fuerte en su amigo y su novia. Había salido por un poco de comida para el tricolor.

— No te creas, amor — se acercó, para regalarle un beso en la mejilla y tomar una bandeja con dicha comida —, bien, dejando nuestras discusiones; hora de comer —

— Dios, no tengo hambre — tapo con su antebrazo su rostro, resoplando.

— Ayer no cenaste, estás vacío — estaba vez, se acercaba al novio de su hermano, para sentarse en una orilla libre de la cama en donde se situaba.

— ¿Vacío?, acabas de ofender a mi mendigo suero — mostró su mano, conectada por una jeringa a una bolsa con dicho contenido, causando la risa de la chica.

— Tener esa cosa en tu sangre no es comida, así que, abre la comida que ya viene el tren — tomo una cuchara para llenarla un poco de fruta picada y proceder a llevarla a la boca del mayor, quien negó, haciendo su cabeza para atrás — tienes que comer, no importa si no tienes hambre, piensa en el bebé — regaño.

No tenía mucho con que defenderse, tenía razón, el bebé era lo primero. Suspiro rendido, abriendo lentamente sus labios gruesos y brillantes para poder introducir ese cubierto y masticar de una manera lenta.

— Señor China, ¿me puede traer un vaso de agua para Ale? — éste asistió para salir del área e ir por lo dicho, dejando a los dos completamente solos —, hoy vi a Rusia — el alemán se detuvo.

— ¿Qué te dijo? — preguntó con curiosidad

— Es un idiota, pidió nuevamente "perdón" — chillio la voz al final.

— Ay, que cosas con él... — pegó su palma con su frente, negando con su cabeza.

— No entiendo como te pudiste fijar en alguien como Rusia, se parece a nuestro padre... —

— ¿Crees que tu padre fue maldad? — dijo —, no conociste el mío — dio otra cucharada a su comida.

— Tu padre fue alguien bueno, te trataba bien y amaba a mi padre, él era un malagradecido —

— No puedo dudar que me trató bien y amaba a Urss, pero no siempre fue un terrón de azúcar — pausó —, mato a miles de judíos, entre ellos la madre de Polonia, después, a su padre en una batalla contra él por defender a su hijo. Mi padre siempre me decía que todas las razas eran inferiores a nosotros, ¿y qué niño desconfía de su progenitor?, veía por la ventana las ejecuciones hacia esas pobres personas, lo tomaba tan normal que me bañaba con ellos, aún todavía siendo amigo de Polonia, sentía algo raro, como asco por estar con alguien "igual" a mí, estaba tan equivocado — maldijo.

Todo quedó en silencio, la menor jamás había pensado que también el creador del alemán había sido oscuro y sombrío.

— Pero siempre fue un buen padre — siguió, llamando nuevamente su atención —, él nunca me maltrato, siempre me escuchaba, si me sentía mal, iba y me consolaba aunque estuviera en entrenamiento, batalla, era su mayor tesoro. Comíamos dulces después de la comida, veíamos su película favorita, ¿sabías que "Blanca Nieves" era la mejor película para él?, me daba tanta risa cuando lo veía llorar cuando moría la princesa, aún sabiendo que iba a revivir — ambos rieron bajo — Lo extraño... pero a la vez agradezco que se haya marchado, el mundo necesitaba un poco de paz —

— No tengo tantos recuerdos con mi padre, era demasiado pequeña para recordar algo, incluso lo de esas fechas infernales, no recuerdo mucho, más que él se despedía de mí con un beso y un abrazo, me metía a un automóvil con Ucrania y finalmente nos íbamos — calló, tratando de memorizar más desde dentro de su memoria.

— No hay padres malos, equivocados son, y Urss era uno lamentablemente — acarició la cabeza de su cuñada —, debes perdonar, mi niña —

— ¿A qué te refieres? —

— Ustedes todavía tienen rencor de lo que causó su padre ante todos, en especial Rusia, no deben tenerlo, tienen traumas, miedos, lo entiendo, yo también los tengo, pero tranquila, no somos los únicos, la vida es dura y siempre será así, sino, que aburrida sería la vida, ¿no? — entrecerró los ojos pacíficamente —, Urss, su padre también los tenía y por eso se convierto así, no supo dejar ir los problemas del pasado, y si siguen su ejemplo, se convertirán así, pero pueden solucionarlo a tiempo, no cuando sea demasiado tarde —

La ojiverde quedó callada completamente, no sabía que decir, simplemente asistió, sintiendo un beso en su frente.

Tan sólo era la razón.

📌 En busca de MI PAZ. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora