Capítulo 24.

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Las vacaciones de mitad de año eran sus favoritas, no solo por el clima si no porque era ese momento donde de alguna manera los pequeños eran mucho más felices

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Las vacaciones de mitad de año eran sus favoritas, no solo por el clima si no porque era ese momento donde de alguna manera los pequeños eran mucho más felices. En este caso ella era feliz porque tenía a Simon para ella, aunque para él el verano fuese el momento para ponerse al día con su larga lista de libros por leer.

Por ello, Milena se encontraba molesta, pues él había decidido terminar la saga que estaba leyendo, porque supuestamente no podía simplemente dejarlo pasar. La molestia de la morena no era algo del otro mundo, simplemente ella con su niñería para ese momento, la cual sabía que se le pasaba en cuanto el chico apareciera nuevamente.

Su mejor amiga se encontraba en una cita o algo por el estilo con Loras Brown en algún lugar de la ciudad desconocido para ella, mientras ella se encontraba limpiando una y otra vez sus instrumentos, porque era una buena opción para un domingo por la tarde después de varios cultos en la iglesia.

Los padres de la mayor se encontraban durmiendo plácidamente, Martin Luther King su gato más viejo se encontraba ronroneando como nunca antes al pie del lugar donde se encontraba la chica, mientras que Abraham Lincoln se lamia sus patitas en el otro lado de la sala. Al fondo escuchaba unos clásicos del rock que pasaban por la tv.

Su pacifico momento era deseado por cualquier madre en esos tiempos, sin embargo, todo acabo cuando escucho un golpe fuerte que venía desde el patio trasero. Sus mascotas se alarmaron y ella tomo de golpe la flauta que tenía a su lado.

Ando lentamente hasta dar con la puerta del patio, todo estaba oscuro y los golpeteos seguían molestamente. Luego escucho un "auch" fuerte y nuevamente rotundo silencio. Milena se posiciono en la entrada de la puerta, quien quiera que sea se ganaría un buen golpe de su parte.

Cuando la figura se acercó y abrió la puerta, el puñetazo de Milena fue bastante fuerte como para lanzarlo al suelo. Luego la chica prendió los focos y encontró a Loras Brown tocándose su estómago y quejándose un poco del dolor.

— ¡Loras! ¡¿Qué te pasa?! ¡¿Por qué te metes a hurtadillas en mi casa?! —pregunto la morena mirando al chico en el suelo. Detrás de él apareció su mejor amiga Veronica con cara de yo no fui viendo a la morena— ¡Eso te pasa por tonto! ¡Podías tocar la puerta como una persona normal!

—Bueno, no tenemos tiempo que perder, estamos sobre el tiempo—comento Veronica. La rubia ayudo al mellizo a levantar y luego miro a su mejor amiga antes de llevarla como un carrito chocón por su casa. Cuando dieron con el cuarto de Milena, Soutas saco un morral vacío—. ¿Jeans o shorts? ¡Definitivamente llevaras shorts! —las palabras fueron dichas mientras esta se encontraba sacando ropa y metiéndolas a la loca en el morral.

—Vero, ¿Qué haces? —Pregunto Milena—Cálmate, si necesitas que te preste ropa, ok, no te vuelvas loca.

—Milena, tu solo has silencio—dijo Veronica mirando a su mejor amiga.

Loras apareció entonces ya recuperado y entro a la habitación donde veía con total tranquilidad a ambas chicas, como si lo que estuvieran viviendo fuera de lo más normal del mundo.

ARRIÉSGATE CONMIGO | LIBRO #3 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora