Capítulo 1: El comienzo.

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-No seas tan negativa.-oí decir a mi mejor amiga, Jennie.

-No quiero ser negativa, pero es inevitable.-dije con un suspiro mientras me sentaba en el sofá.

-T/n, todo va a salir bien. Deberías estar orgullosa, la mejor compañía de Seúl te ha contactado a ti para que seas una de sus empleadas.-dijo ella antes de darle un sorbo a su vaso de agua.

-Tienes razón.-dije con una sonrisa tímida.

Soy licenciada en Derecho, terminé la carrera el verano pasado y desde entonces no he conseguido estar en ningún puesto de trabajo ejerciendo de lo que me gusta. Todo esto cambió dos semanas atrás, cuando una de las mejores empresas de Seúl me contactó. Al principio creí que se trataba de una broma ya que, ¿por qué una compañía tan grande se interesaría en mi? El caso es que después de ir a una pequeña entrevista que quisieron hacerme, me contrataron y aquí estoy, esperando que sea mañana para comenzar.

-Lo peor es que ni siquiera me dijeron que debo hacer o donde debo de ir.-dije mientras miraba a Jennie.

-Relájate. Lo tendrán todo controlado. Seguro que mañana, al llegar, te dicen que tienes que hacer.-dijo ella con total tranquilidad.-De todas formas, en cuanto salgas mañana del trabajo te estaré esperando.-dijo ella sonriendo.

-¿Vas a ir a buscarme?-dije sorprendida.-Eso si que no me lo esperaba.-dije pensando en lo poco detallista que es mi mejor amiga conmigo.

-No voy a buscarte por placer, idiota. Mañana es el cumpleaños de mi hermana, ¿recuerdas?

-Es verdad.-dije avergonzada por haberlo olvidado.-Esta bien. Te esperaré a la salida del trabajo.-dije sonriendo.

[Al día siguiente]

Me desperté antes de que sonara la alarma.
No se si se trataba de los nervios, de mi común insomnio o de la cantidad de pensamientos que tuve durante la noche, pero no pude dormir.
Me levanté de la cama y fui directa a la ducha. Sentir como las cálidas gotas de agua se deslizaban por mi cuerpo me hizo relajarme y pude disfrutar por unos minutos de aquella paz. Al terminar, fui a vestirme. Decidí ponerme una falda negra ajustada al cuerpo que llegaba hasta las rodillas, una camisa blanca y unos zapatos negros con algo de tacón.

-Justo como alguien que trabaja en una oficina.-me dije a mi misma mientras me reía frente al espejo.

Solté mi pelo y le hice algunas ondas. Me maquillé, pero de una forma bastante sencilla y natural, casi sin notarse que realmente me había maquillado.
Fui a la cocina y me preparé un café. Miré el reloj y aún quedaba algo de tiempo, así que me senté en el sofá y me dispuse a mirar mis redes sociales, tratando de distraerme y pensar en algo más que no fuese "mi primer día de trabajo". Cuando finalmente se hizo la hora de salir agarré mi bolso, mis auriculares, mi móvil y me fui.
Por suerte, mi casa se encontraba cerca del edificio, por lo tanto tardé unos quince minutos en llegar. Una vez estaba allí, miré hacia arriba con una sonrisa, admirando aquel gran rascacielos que estaría a punto de abrirme miles de oportunidades.

-Buenos días, Srt. T/a.-dijo una voz detrás de mí justo al entrar.

-Buenos días.-dije con una sonrisa, volteándome.

Se trataba de una mujer. No era muy mayor, pero tampoco era alguien joven, supuse que estaría en sus cuarenta. Vestía con un traje formal que derramaba seriedad y finura. Tenía el pelo recogido y una cara fresca, a pesar de tener alguna que otra arruga.

-Soy la encargada de informarte lo que harás a partir de hoy en nuestra empresa.-dijo ella en un tono serio, pero amigable.

-Perfecto.-dije alegre.

Me pidió que la acompañara a un despacho.
El despacho se veía bastante amplio, decorado con detalles muy modernos y con un enorme ventanal que daba al centro de la ciudad. Tenía varias plantas, las cuales le daban vida a aquella sala. Ella se sentó en un sofá que había frente a la gran ventana y me dijo que tomara asiento.

-Me alegro de ser yo quien le informe de todo.-dijo con una media sonrisa.-¿Le importa si comenzamos ya?-dijo mirándome.

-No, adelante.-dije emocionada.

-Genial. Nuestra compañía, Srt. T/a, la ha contratado a usted por la seriedad y responsabilidad que mostró en la entrevista. Creemos que, además de ser inteligente como podemos ver reflejado en sus notas de la universidad, usted tiene un aspecto fresco y joven, algo que necesita nuestra empresa.-dijo ella sin apartar su mirada de la mía.-El caso es que, ha habido un cambio de planes.-dijo ella.

-¿Que quiere decir?-dije asustada.

-No, no se preocupe. Ahora se lo explico.-dijo ella tratando de tranquilizarme.-Usted fue contratada para ayudar en el ámbito judicial a nuestra empresa. Queríamos que usted, junto a varias personas más, se encargase de gestionar todo lo que tiene que ver con denuncias, trámites...-dijo ella, y yo asentí.-Pero una de nuestras empleadas más importantes ha tenido que irse por un tiempo.

-Entonces, ¿yo no voy a trabajar en el ámbito judicial?-dije tratando de entender.

-No, al menos por ahora.

-Pero, yo soy licenciada en Derecho. No tengo los conocimientos necesarios para llevar otra cosa que no sea la justi-ella me interrumpió.

-No se preocupe, el puesto en el que usted va a estar no requiere de conocimientos.-dijo ella con una sonrisa.

-¿Qué? Entonces, ¿que se supone que voy a hacer?-dije nerviosa por su respuesta.

-Será usted secretaria.

¿¡Secretaria?!

being my boss. [J.JK] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora