Capítulo 9: He venido a demostrárselo.

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Me desperté con un dolor de cabeza increíble.
Sentía que todo me molestaba, incluso el más mínimo ruido. Me toqué la cabeza con suavidad con una de mis manos, tratando de tranquilizarme para que no me doliera aún más.

-No vuelvo a beber.-dije, sabiendo después de tantas resacas que era una mentira.

Miré el reloj y me di cuenta de que se me había hecho muy tarde. Me preparé lo más rápido posible y salí directa al trabajo.
Mi humor no era el mejor, pero no podía dejar que se notara y menos con el jefe delante. Lo cierto es que tengo borroso muchos de los momentos que ocurrieron ayer, y creo que eso era una de las cosas que más me molestaban, el no poder recordar.

-¿T/n?-dijo una de las voces que más conocía.

-Jennie, ¿qué haces aquí?-dije confusa.

-Tuve que acompañar a mi hermana al instituto, ayer estuvo con algún que otro mareo y nos daba miedo que fuese sola.-dijo ella con pena.-¿Vas al trabajo?

-Sí, pero no tengo ganas. De hecho, no tengo ni ganas de vivir.-dije cansada, en un suspiro, haciendo reír a Jennie.

-¿Te acompaño?-dijo mi amiga.

-Si quieres.-dije mirándola.

Efectivamente, me acompañó.
Creo que la razón por la que se prestó a acompañarme no fue para que no fuese sola sino para que le contara todo lo que sucedió ayer.

-¿A quién se le ocurre salir de fiesta un martes?-dijo ella con toda la razón.

-Ni siquiera pretendíamos salir de fiesta, era simplemente ir a alguna discoteca, tomar algo e irnos.-dije mirándola.

-Y, ¿no recuerdas nada?-dijo Jennie.

-No, es decir, recuerdo cosas pero de manera borrosa. El recuerdo más claro que tengo es de estar con Jungkook en su coche mirándole.-dije rascándome la cabeza con delicadeza.

-¿Jungkook? ¿Su coche? ¿Mirándole?-dijo ella sorprendida.-¿Estás segura de que no...?-dijo ella y la interrumpí.

-Jennie, por favor.-dije rodando los ojos.

Al fin llegamos a la empresa.
Me despedí de mi amiga y entré, saludando a los empleados del mostrador como cada mañana. Fui a la cafetería para buscar el café favorito del jefe y me encontré con IU. Ella me miró y se acercó a mi sonriente.

-¿Qué tal?-dijo ella, refiriéndose a ayer.

-¿Bien?-dije en un suspiro.-No recuerdo casi nada.-dije mirándola.

-¡Ni yo!-dijo agobiada.-Solo espero no haberme pasado durante la fiesta.-añadió preocupada.

-Ni siquiera sé cómo llegué a mi casa.-dije mientras caminábamos al ascensor.-Aunque puedo hacerme una idea.-dije acordándome de Jungkook y su coche.

-Creo que Jungkook me llevó a mi casa, pero aún no estoy segura.-dijo ella.

-¿No has hablado con él?-pregunté sorprendida.

-Está muy enfadado todavía.-respondió ella, y sentí un escalofrío.

Lo último que necesitaba ese día era ver a Jungkook enfadado con todos nosotros. Es decir, en parte tiene razón para estar molesto, pero tiene que entender que tampoco fue nuestra culpa... ¿o sí?
Llegué al último piso y me quedé esperando al jefe, como cada mañana. Tenía su café favorito en la mano, pero sentí que se me caería en cualquier momento por culpa del temblor que tenían mis dedos.
De repente, el sonido del ascensor me hizo salir de mis pensamientos y un Jungkook más serio de lo normal apareció frente a mi.

-Jefe...-dije, y él me ignoró, entrando en el despacho.

Mis ojos se abrieron como platos. Después de entender la situación, entré y cerré la puerta.
No sabía como se suponía que debía empezar la conversación, así que comencé a actuar normal, como si nada hubiera pasado.

-Le he traído su café.-dije, acercándome a su mesa.

Él miraba a un punto fijo, tratando de aguantar las mil y una cosas que tenía que decir. Quería tranquilizarle, pero no sabía como y después de saber que estaba enfadado con su propia novia, no quise ni imaginarme como pagaría conmigo el enfado de todo.

-Mejor vuelvo a mi mes...-él me interrumpió.

-¿Lo pasaste bien?-dijo, y la frialdad de su tono me hizo estremecer.

Bajé la mirada, tratando de no encontrarme con la suya, al menos por el momento.

-Jefe, yo...-dije, y me volvió a interrumpir.

-¿Sabes de que hablo o debería ser más concreto?-dijo él con el mismo tono que antes.

-Le pido disculpas.-dije, mirándole.

-¿Por qué? ¿Por estar de fiesta hasta la madrugada? ¿Por haber sido una irresponsable? ¿Por haberte besado con Taehyung?-dijo él, y yo le miré con los ojos abiertos de la sorpresa.

No sé si la sorpresa fue por haberme enterado de que besé a Taehyung, o porque me lo preguntó como si fuese algo malo.

-Le pido disculpas por todo.-dije con sinceridad.-Por todo, menos por lo último.-dije, firme en mis creencias.

Siempre supe, y de hecho se lo dije el primer día que lo vi, que mi situación laboral y sentimental van en líneas paralelas. Mi trabajo y mi vida personal son cosas que debo separar, y siempre creí así.
Jungkook soltó una risa irónica.

-¿Qué quieres decir?-dijo, sabiendo perfectamente a que me refería.

-Lamento todo lo que hice y me arrepiento. Debí haber sido más profesional y quizá nunca debí aceptar ir a aquella fiesta. Sin embargo, mantengo la idea de que cualquier cosa que haga en mi vida personal no le incumbe a usted y por lo tanto, no debo pedirle perdón por besarme con alguien.-dije con seriedad.

-T/n, eres mi secretaria. No tan solo lo eres, sino que aceptaste seguir siéndolo pese a las condiciones que te dije el primer día. Si tantas ganas tenías de tener una relación con alguien, ¿por qué sigues aquí?-preguntó él mientras se levantaba.

-Sigo aquí porque creo firmemente que puedo ser la mejor secretaria que usted ha tenido y he venido para demostrárselo. Pero la habilidad que tenga o no tenga para ser su secretaria no tiene nada que ver con cuántos chicos pasan por mi cama y eso es algo que usted debería aprender a diferenciar.-dije, harta pero sin perder la educación.

-No puedo diferenciar algo que está relacionado entre sí.-dijo él acercándose más a mi.-Sales de fiesta, besas a alguien, terminan follando, te enamoras, entras en una relación y comienzas a perder tu tiempo.-dijo susurrando en mi oído.-No me importa quien pasa por tu cama o no, me importa tu tiempo y cuanto de él me lo dedicas a mi.-dijo muy cerca de mi cara.

-¿Pretende entonces que todo mi tiempo sea para usted?-dije tragando saliva por la cercanía.-Me parece que está siendo un poco posesivo, jefe.-dije mirándole a los ojos.

-¿Esto para ti es ser posesivo? Suerte que no eres mía.-dijo sonriendo cerca de mí y luego se alejó.

Me quedé ahí sin hacer nada durante treinta segundos, recapacitando sobre las palabras que me había dicho.
¿Estuvo mal si me gustó escuchar "eres mía" salir de su boca?

being my boss. [J.JK] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora