Capítulo 31: Me vas a volver loco.

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Él se acercó lentamente, con una de sus manos en el bolsillo del pantalón y la otra acariciando su pelo hacia atrás.
No quería que viese que me muero por él y menos ahora que le contesté de esa manera, pero no me importaba si me daba un beso en ese mismo momento.
Se paró frente a mi y me miró fijamente. Tan solo con ese movimiento, mis nervios volvieron a apoderarse de mi. Su presencia, sin más, era capaz de sobra para hacerme sonrojar y poner mi corazón a cien.

-Me alegra que esto sea lo único que haya que hacer para que dejes de hablar.-dijo, sin dejar de mirarme.-Ahora vas a prometerme que no vas a volver a hacer lo que hiciste nunca más.-dijo, aún molesto.

Debatí.
Debatí durante unos cuantos segundos si debería haber hecho lo que hice o no, pero él me estaba incitando a hacerlo y no pude controlarme incluso cuando lo intente.
Me puse de puntitas, pasé mis manos alrededor de su cuello y lo besé. Nadie puede hacerse la idea de cuanto extrañé sus labios. Había pasado demasiado tiempo para mí, y la sensación de volver a tener su boca junto a la mía fue sencillamente increíble. No quería dejar de besarle, incluso cuando me faltaba el aire.

-No tan rápido, aún no lo has prometido.-dijo él, agarrando mi cara, alejándome de él unos pocos centímetros.

-Sí, sí, lo prometo. Ahora cállate y sigue besándome.-dije, con la respiración agitada.

Él sonrió al ver que yo pedía más.
Sus manos, colocadas en mi cintura, comenzaron a bajar cuando mordió por primera vez mi labio. Se posicionó en el lugar en el que llevaba deseando poner sus manos desde la última vez y dio un apretón.

-Me vas a volver loco.-dijo, en mitad del beso.

Mis manos se movieron a su pelo y comencé a agarrarlo para pegarlo más a mi.
De un momento a otro, sentí como me cogió en brazos, haciendo que yo enredase mis pies alrededor de su cintura, mientras él me sostenía con las manos en mis muslos.
Me sentó sobre su mesa sin dejar de besarme.

-Necesito follarte.-dijo él, en un susurro.

-No podemos hacerlo aquí, sabes que entra mucha gente.-dije, besándole entre medias de la frase.

-No me importa.-dijo besándome.

Ambos estábamos muy excitados y nos pedíamos el uno al otro.
Yo tenía razón, no podíamos arriesgarnos a hacerlo aquí y menos sabiendo que su novia era una de las personas que más venían por las mañanas.
Él apretó mis muslos con sus manos, parecía que me pedía por favor que ocurriese.

-No me importa si tengo que salir de aquí y llevarte a mi casa ahora mismo.-dijo, aún con el beso.

Sonreí ante su comentario.
Él agarró mi cara y fue llevando sus labios a mi cuello, dejando un hilo de besos por toda mi mandíbula. Comenzó a besar mi punto débil, esa zona que me hacía hacer o decir cualquier cosa.

-Jungkook...-dije gimiendo, en voz baja.-Debemos parar, esto... esto no... no podemos hacerlo aquí.-dije, agitada.

Noté que su mano viajó hasta mi falda.
Parecía intentar convencerme de que nadie nos pillaría. Realmente tenía las mismas ganas que él de hacerlo, pero sabía que era arriesgarnos demasiado.
Justo cuando estuvo apunto de llegar a mi zona, agarré su mano y lo paré.

-No podemos dejarlo ahora.-dijo él, mirándome, con el pelo todo revuelto, los labios hinchados y la respiración agitada.

-No podemos dejar que nos vean.-dije, sonriendo al ver lo sexy que estaba.

being my boss. [J.JK] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora