10. ¿Quién carajos era ese tipo?

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       Capítulo dedicado a bismo0

10. ¿Quién carajos era ese tipo?

Mis labios estaban húmedos y calientes, deseosos de más. Acaricié su cuerpo blando y percibí que ya no me besaba. Que tampoco me estuviera tocando no ayudaba en nada. Quiero que me tome de los cabellos, que me hale hacia él, que me toque.

¿Qué fresa pasa conmigo?

No.

No.

No.

-¡Vaya que estás teniendo un sueño húmedo!

Una voz burlona se escuchó cerca de mí, era demasiado varonil y ronca como para ser legal. Estaba perdida, ¿qué carajos está pasando?

-¡Despierta, ninfómana!

-No...__gruñí y obligué a mi cerebro a poner orden.

Y abrí los ojos.

Y estaba en la enfermería.

Y Sebastián no estaba, ni siquiera Ricardo.

Estaba besando (aunque la palabra correcta sería babeando) la almohada como si no hubiera un mañana.

Esto es maldita y fresávolamente vergonzoso.

Un alto chico de facciones duras y firmes se acerca a la cama en la que estoy y abre la boca nuevamente para burlarse.

-¿Qué estabas soñando, llorona?

No le respondí. Mi dignidad y orgullo estaban muy por debajo del núcleo de la Tierra en estos momentos, de hecho, están por probar mi teoría de que si abres un hueco tan profundo en la tierra podrías llegar al otro lado del planeta.

Me incorporé en la cama, sosteniendo mi cabeza, quien estaba vendada con una venda ( obvio. ¡Por Dios! ¿Se puede ser más idiota?), desde mi frente hacia atrás.

Toqué mi cara y ahí estaba, el ardor.

No lo había soñado, de verdad había peleado nuevamente con Melissa y Tatiana.

¡Oh por Dios! ¡Estoy en problemas! Y no me refiero a esos pequeños problemas como estar embarazada o drogarse en una fiesta adolescente, estoy hablando de uno gordo.

Mi mamá me va a matar, porque es obvio que me van a expulsar.

Las palabras de Ricardo se mueven en mi conciencia como si fueran cebollas en una sopa de cebollas.

Abro paréntesis (¿existen las sopas de cebolla?).

Igual no me gusta la cebolla, fue solo un pensamiento. Una vez me retaron a comer una, y obvio, como soy tan responsable, acepté el reto. Sentí que algo me quemaba en la boca desde el instante en que la probé, pero me aguanté porque era un reto, y yo tenía una reputación y un respeto que mantener (no me odien, estaba en la primaria). La cosa es que desde ese día decidí que nunca, jamás, por nada del mundo, volveré a comerla de ese modo.

Ok, ok, volvamos a mi vida.

Recuerdo que dijo algo parecido a encubrirme, no quiere que se enteren. Sonrío como tonta en mi interior, porque no sería nada sano volver a humillarme delante de este...espécimen.

-¿Dónde está Riki? Digo, el profesor Ricardo.

No obtengo respuesta y alzo aún más la voz.

-Estoy segura de que me escuchaste.

-Si tú no respondes no tengo por qué hacerlo yo__dice hundiéndose de hombros.

¿Acaso me preguntó algo? Sorry, estaba muy ocupada pensando en cebollas...

BFF [Best Friends Forever]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora