37. ¿Que no voy a aguantar?

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37. ¿Que no voy a aguantar?

Nano hizo rebotar la pelota en el suelo, para luego pasarla por detrás de su espalda y lanzársela a Gustavo, sin contar con que Sebas la atraparía en el aire.

Sonreí. Hasta jugando baloncesto es magnífico el muy desgraciado.

Un chico alto (un poco menos que mi novio) le hacía señas para que le pasara la pelota, y eso hizo, en un movimiento rápido de vueltas y marumacas con la pelota. Cuando me ponía a jugar eso en la escuela (porque formaba parte de la evaluación de Educación Física, no porque quisiera) siempre que me pasaban la pelota y veía a mucha gente acercándose a mí, apretaba la bola a mi pecho y corría como alma que lleva el diablo. Mi profesor (siempre tan educado) solía decirme que parecía que un violador me estaba persiguiendo, seguro porque también me gustaba gritar. Bueno, me gustaba no es la palabra correcta, me ponía nerviosa y me salía solo, ¿qué quieren que haga? Si saben como soy, ¿para qué me ponen a jugar eso?

Un repiqueteo cercano me sacó de mis recuerdos, esos donde todos los niños reían de mi situación en la cancha. El equipo de Sebastián había anotado un g...perdón, quise decir canasta. Este cerebro que tengo...

Me agaché para recoger la pelota, saliendo de detrás del arbusto donde me encontraba, imitando totalmente el papel de tóxica, vigilando todos los movimientos de su novio para ver si dice algo que defina la relación. Pero en realidad no estaba allí por eso, acababa de pasar por la escuela y venía a descubrir nuestras notas en el examen de Matemática. Descubrir porque, como mi chico no me había devuelto las llamadas (y ya veía por qué estaba tan ocupado; una ahí toda psico-crazy pensando que le podía haber pasado algo malo y el beibi princeso muy happy jugando en su patio), solo me paré frente al pizarrón donde habían puesto nuestras notas y le tomé una foto. Aún no reunía el valor necesario para hacer al menos eso sin él. No pues, la dependiente...

-¡Pero miren a quién tenemos aquí!__dijo Nano, el más suave de los amigos de Seba. Le gustaba demasiado bromear, hacer el ridículo e inventar bailes extraños en las fiestas. Ya pueden ir sacando sus propias conclusiones sobre por qué me cae tan bien, es como una versión masculina de mí, excepto por la parte del cerebro, ya saben, no todos pueden ser tan perfectos como yo.

^^Lo que quiso decir fue que Nano SÍ es inteligente y SÍ usa su cerebro para cosas productivas.

^^¿Y quién te dijo a ti que mirar la pared no es productivo? Deberían considerarlo como uno de los mejores ejercicios para liberar la mente. Reflexionas tanto que ni veas...

-No es tan guapa...__soltó el chico del team Sebas que no conocía, ganándose una mirada enfadada de parte de sus amigos. Cuatro palabras y ya lo odio a muerte.

-No es TAN guapa, es la MÁS guapa__corrigió Sebito, caminando hacia mí.

Sonreí por dentro, pero el diablillo tóxico que tenía dentro de mí me rogaba que esto no se quedara así, que no podía ser tan fácil. Creánme, a veces odio tener a ese bicho dentro de mi cuerpecito, bueno, mentecita, para ser exactos.

Intenté mantenerme firme en lo que se acercaba, con ese andar todo sexy-empoderado-sudado y bien ejercitado. Rico, sencillamente rico.

¡Vamos hormonas! ¡No es momento para activarse!

Se abalanzó sobre mí, con obvias intenciones de besarme, pero me eché hacia atrás, colocando la bola detrás de mi espalda para que no la atrapara.

-No me respondiste las llamadas...

-¡Uy!__dijo el idiota que odio, moviendo una de sus manos como cuando dices: "esto se va a poner bueno". ¿Qué tenía de gracioso aquella situación? Y lo más importante, ¿cómo mierda pudo oír lo que dije si ni siquiera alcé la voz? Hay un dicho por ahí que dice que los chismosos tienen mejor oído que los seres humanos normales, y seguro que se aplica a él. En realidad, lo había inventado ahora mismo, pero ¿a quién le importa? Es un chismoso, y punto.

BFF [Best Friends Forever]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora