23. Por qué Mariah, por qué?

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23. Por qué Mariah, por qué?

Definitivamente no había sido buena idea lo del sarampión. Lo que sucederá en este capítulo servirá para reafirmarlo. Por qué me diste un cerebro tan BRILLANTE Diosito??

Bueno, ese es un debate que realmente no conviene hacer ahora, así que pasemos directamente al principio.

Mi madre y yo estuvimos muy ocupadas yendo a delegaciones y resolviendo temas con psicólogos, la señora Lorainne María quería demandarlos a todos por hacerme parecer una loca con obsesión a las gomitas a los doce, pero le insistí para que guardáramos nuestras fuerzas para lo que se nos venía por delante.

La situacion nos volvió más unidas, y estaba muy feliz por eso. Descubrí que mamá y papá estaban planteándose el tema del divorcio y entonces mi poca felicidad de fue por las tuberías. Aunque, de ese asunto se encargaba Sebastián, era quien me volvía a la vida con sus bromas y su compañía.

Las pesadillas, obviamente, reaparecieron en mi vida, haciendo que muchas veces tuviera que dormir con mamá. Sin embargo, en reiteradas ocasiones ella tenía que despertar temprano para hacer gestiones, lamentablemente con cualquier leve movimiento me despertaba alarmada, con taquicardias y además, incapaz de volver a dormir, así que, con el decursar de una larga semana (porque había tomado una licencia en el colegio con la cual, en cualquier otra situación menos en esta, estaría brincando de la alegría y dando abrazos a todos y cada uno de los objetos de mi casa) quien terminó sustituyendo a mi madre fue mi queridísimo Sebastián.

Se ganó el cielo y la entrada VIP al paraíso con todas esas malas noches que pasó conmigo, consolándome al llorar, hablándome al no poder dormir, cantándome para mejorar mi ánimo, incluso hablando de cosas pervertidas y dándome consejos para citas.

Era ridículo escucharlo hablando sobre el tipo de colores que le gusta que las chicas vistan y sus malas impresiones cuando se maquillan demasiado y se ponen esas "horrendas" pestañas postizas.

Yo, en lo personal, no las considero malas opciones. Cuando tenía 14 realmente quería tener unas pestañas postizas, mi prima me  regaló unas muy bonitas justo antes de mi fiesta de fin de curso y pude estrenarlas en la ocasión. Lamentablemente con el sudor, el baile y la aglomeración de personas perdí una y ni siquiera me di cuenta hasta llegar a casa.

Por eso todos se me quedaban viendo raro y se reían a escondidas...

En fin, pudiera hacer todo un libro con todas las vergüenzas y cosas raras que me han pasado en mi vida, pero ese no es el tema central hoy, Not today beibi.

Hoy era sábado de chicas. Desde que me levanté decidí que sería un día divertido así que preparé los preparativos (lo de idiota parece que no se me quita) y llamé a Mariah. Taylor y Leah también estaban invitadas pero desde que se cambiaron de colegio el año pasado no las había podido ver mucho, razón por la cual no tenía idea que justo este fin de semana estaban en el campamento dichoso ese.

Papá baja las escaleras cuando yo las estoy subiendo cargada con una enorme caja con cojines, lucecitas, galletas oreo y CDs de Los pingüinos de Madagascar.

Qué? No me juzguen!

Inmediatamente me ayuda con la pesada caja y la lleva hasta mi habitación, colocándola en mi mesita.

-diviértete mucho cariño!__dice amablemente mientras besa mi frente y se encamina a la puerta.

-papá?

-sí?

Cómo decirle que quiero que reconsidere lo del divorcio?
No, lo que yo quiero no es importante ahora.

BFF [Best Friends Forever]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora