36. ¿Qué es apropiado?

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36. ¿Qué es apropiado? Verga con esa palabra.

-Bueno, tranquila. Solo respira y déjalo estar...__dijo Leah, tomando mi mano.

Decidí venir a su casa porque ahora mismo no estaba preparada para ir a la mía. Y sí, me muero por ver a Sebas pero primero tengo que calmarme. Además, él se pone intenso y no quiero que se me salga decirle que me siento terrible por haber terminado con Ricardo.

-Es que no me entiendes, ¡me siento como una mierda! Si hubieras oído como dijo que me quería de verdad...estaba siendo sincero, y... Y que nuestra infancia fue importante para él. ¡Yo ni siquiera me acuerdo de la mitad de las cosas pero para él fueron importantes!

-A ver...__dudó, echándose el cabello hacia atrás__-¿Tú todavía quieres a Ricardo?

-No, me gusta Sebastián, yo quiero a Sebastián, es...__¡Ugf! Odio que se me enrede la lengua__-el único para mí, de verdad.

-Bueno, es normal sentirse así cariño, pero tienes que hacer lo que tu corazón mande. Riki lo superará, está buenorro al fin y al cabo...__dijo, haciéndome reír un poco.

Pero que sea sexy y tenga ese culo perfecto, que ahora que me fijo bien, el de Sebas está más bueno, no quiere decir que no pueda sufrir.

-Que esté buenorro no justifica lo que hice, jugué con él, con sus sentimientos...¡soy un ser humano despreciable!

-No jugaste con él, él sí te gustó, pero ya no te gusta más. Esto pasa todo el tiempo, Laura. La gente se gusta y luego ya no se gusta. No tienes la culpa, es el destino.

Guardé silencio, analizando sus palabras. Creo que debería escribirlas, sonaron hasta filosóficas...

Bebí de la taza de té que minutos antes había puesto frente a mí. Leah es así, madura, da buenos consejos y hace tés horribles.

Tragué con dificultad, poniendo mala cara.

-Sabe a diarrea...

-¡Qué asquerosa eres!

-¡Es la verdad! Te quedarás sola si sigues ofreciéndole esto a tus visitas. Créeme, nadie va a querer venir.

Reímos un poco y ella, negando, tomó la taza frente a mí y se la llevó a la cocina.

Miré alrededor. La casa de Leah siempre estaba organizada, a diferencia de la mía. Los colores daban la sensación de que te encontrabas en un lugar cálido y cómodo, como en una casita de muñecas. Siempre me pareció así, aunque, como pueden ver, no soy muy buena describiendo ni prestando atención a las cosas.

-Taylor viene a ver una peli, ¿te quedas?__gritó, desde la cocina.

-¿Viene con su novio?__pregunté.

-No, sola, ¿por qué?

-Nada, me quedo.

Recibí de su parte un gritillo de emoción.

-Será genial, desde hace rato no quedamos las tres juntas.

Asentí, aunque ella no podía verme.

Saqué mi celular y vi que tenía algunas llamadas perdidas de Sebito. Costumbre de andar con el teléfono en silencio...

Lo llamé.

-¿Dónde carajo estás?

Fue lo primero que oí después de ese medio timbre. ¿Tenía el teléfono pegado a la mano o qué?

-¿Esa es forma de hablarme?__dije, aunque sabía que eso podría aumentar su perreta. ¿Qué diré? A veces me gusta hacerlo enojar, para que después me parta en dos en la cama, ok no.

BFF [Best Friends Forever]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora