11. ¿Quién dijo que no lograría irme para mi casita linda y salir de este lugar?

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11. ¿Quién dijo que no lograría irme para mi casita linda y salir de este lugar?

Me encontraba amarrando los cordones de mis botitas cuando entró el enfermero.

-¿Estás despierta?

-¿No ves mis ojos abiertos?

¡Duh!

Pasé a su lado para salir de ese lugar e ir a buscar una solución para mi recién empezado dolor de cabeza. Por desgracia descubrí que lo que me haría sentir mejor sería hablar con Sebas acerca de lo que pasó, y eso es precisamente lo que me mantiene sometida cual Anastasia Grey a la migraña.

Nunca podré superar esa saga.

Ricardo toma mi brazo y me regaña.

-¡No tienes derecho a estar enfadada!

¿Qué? Ups, seguro pensó que lo estaba. Lo siento, a veces simplemente no controlo mi tono al hablar.

-No lo estoy, solo quiero salir de aquí...

-¡¿Y se puede saber qué vas a hacer?! ¿Agarrar a golpes a Tatiana y Melisa?

-¡Mira! No había pensado en eso...__dije sopesando la idea. No estaría mal, quiero vengarme por...¿mi cara?

Ricardo suelta un suspiro largo. ¿Desde cuándo había estado aguantando la respiración?

Yo me dirijo al lavamanos y enjabono mis dedos mientras observo mis rasguños en el espejo.

Quizás si me controlara un poco estas cosas no pasarían.

Pero es que simplemente no puedo evitarlo. La humanidad me saca de quicio. Yo pongo de mi parte, pero el resto del mundo simplemente no colabora con la paz.

-Si te controlaras un poquito más estas cosas no pasarían...

Yo volteo como un búho. ¿Se dieron cuenta? ¡Dijo exactamente lo que estaba pensando!

Esto da miedo.

-Laura, ¡eres demasiado impulsiva!

-No lo soy... ¡Fueron ellas!

-Siempre son los demás, ¿no?

-¿Ah? ¿No me crees?

-La que empezó las dos peleas fuiste tú...

Ah pues...

-¿Sabes qué? No voy a seguir discutiendo contigo. Tengo cosas más importantes que hacer.

-Laura no he terminado de hablarte.

-¡Adiós!

Salí caminando rápido. En serio trato de llevar las situaciones a aguas calmadas, pero no puedo controlar lo que dicen las demás personas, y a veces pues, tampoco puedo controlar mis propias respuestas.

No estoy molesta con Riki, tiene razón, aunque yo me niegue a aceptarlo.

Antes de seguir haciendo cualquier otra cosa, me dirijo a mi dormitorio a tomar un baño.

Eso siempre ayuda a pensar con claridad, o a pensar más de la cuenta. Como sea, lo que necesito es pensar, que es algo bien difícil con el cerebro que tengo.

Una sombra al lado de la ventana me asusta cuando entro a la estancia.

Grito.

¿De qué otra forma reaccionaría si no?

Enciendo la luz y el idiota de la enfermería me recibe con una sonrisa torcida y espeluznante.

-Maldito hijo de perra...__digo entre dientes, tratando de controlar mi respiración.

BFF [Best Friends Forever]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora