Sungmin
El sol brillaba intensamente en el agua ondulada del puerto deportivo. A pesar de que había crecido cerca del océano toda su vida, no se cansaba del agua. Los cambios en el color, el movimiento de las olas, la historia de quienes viajaron sobre él. El olor a sal marina lo impregnaba todo, y los gritos de las innumerables bandadas de gaviotas casi ahogaban la voz de Seungah.
— ¿No es un hermoso día?
No podía discutir con ella. Era hermoso, y la piel de Sungmin prácticamente se estremecía con la anticipación de salir a navegar. Sin embargo, no le gustaba la idea de encontrarse con el rudo Kyuhyun Cho.
Sus ojos se deslizaron a los yates que eran más grandes que la casa de sus padres, y se preguntó cuál pertenecía al nuevo novio de Seungah.
Después de interrogar a fondo a Charlie sobre el Sr. Kyung Park y no encontrar nada objetable, no le preocupaba demasiado que Seungah fuera a una cita con él. Pero una cita se había convertido en dos, que se convirtieron en tres, lo que resultó "¡Oh, Sungmin, Kyung nos invitó a pasar el sábado con él en su bote, y dije que sí!"
Lo que en realidad era muy agradable por parte del hombre. Seungah decía que Kyung era una persona graciosa, cortés y caballerosa como lo había confirmado la descripción de Charlie. En realidad, sonaba aburrido para él, pero los hermanos nunca habían compartido el mismo sabor en alfas. Por lo que podría decir sobre los comentarios sin parar de su hermana, los dos eran un partido casi perfecto.
La única cosa que podía criticar de Kyung era su elección de amigos. Le había instado a Seungah a descubrir a quién podían esperar en esta excursión, pero ella odiaba la idea de presionar, incluso al hacer una pregunta simple. Ella era increíblemente pasiva. Pero después de hablar con Charlie, quien estaba bajo la impresión de que Kyung y Kyuhyun eran casi inseparables, se había resignado al hecho de que el día en su barco se vería afectado por la presencia del hombre.
Sin embargo, no permitiría que Kyuhyun le arruinara las cosas. No importaba lo que dijera el hombre cascarrabias, estaba decidido a disfrutar plenamente del sol y el agua. Y hacer todo lo posible para no maltratar al otro hombre por insultar sus habilidades de planificación y decoración de bodas.
— ¿Te importa si nos detenemos en el bar de aquí por un minuto? —Preguntó Sungmin —Ya he terminado mi botella de agua.
–Por supuesto. Necesito ir a al baño de todos modos.
Se acercó a la barra mientras Seungah se fue. Un hombre de pelo rubio que parecía ser un poco mayor que él estaba lavando copas detrás de la barra. Definitivamente se veía como si perteneciera al agua. Piel bronceada cubierta por un polo blanco y pantalones caqui, un chico pituco completamente estadounidense. Todo lo que necesitaba era un collar y Ray Bans. El hombre le lanzó una brillante sonrisa blanca.
— ¿Qué puedo ofrecerte?
Sungmin levantó su botella. — ¿Te molestaría darme otra?
–En absoluto. Solo dame un minuto para terminar estos vasos. ¿Vas a salir a navegar?
Sungmin se deslizó en un taburete mientras esperaba —Sí, el novio de mi hermana nos llevará.
–No te ves tan excitado como la mayoría de la gente estaría, al salir en un día tan hermoso.
Sungmin se echó a reír —No esperaba una improvisada sesión de asesoramiento.
El camarero se limpió las manos en un trapo y agarró la botella. —Hey, eso es parte del trabajo de un camarero Esta va por parte de la casa. Soy Matthew Kim.