Sungmin
Despertó sintiéndose aturdido y desorientado. Intentó estirarse, pero al hacerlo no le alivió el dolor que le llenó el cuerpo. Ya estaba tan embarazado. Llegando a su mesita de noche, tomó su teléfono celular para ver si había llegado algún mensaje nuevo mientras dormía. Kyuhyun había llamado y le había contado toda la debacle, con detalles escabrosos, y ninguno de los dos estaba seguro de si debían reír o llorar.
Era sorprendente lo rápido que se había acostumbrado al cuerpo de Kyuhyun en su cama. Las caricias no siempre eran cómodas en esta etapa tardía del embarazo, pero le gustaba saber que estaba cerca. Sin embargo, estaba programado que volara de regreso esta noche, así que no pasaría mucho tiempo.
Gimiendo por la repentina necesidad de aliviarse, se puso de lado y salió de la cama. Después de ir al baño, se metió en la cocina para prepararse un desayuno. Otro dolor sordo en el centro de su espalda le hizo desear poder tomar Advil o Tylenol.
—Estar embarazado seriamente apesta.
Se cocinó una tortilla de salchicha y espinacas con queso cheddar encima. Se movió para tomar el primer bocado delicioso cuando su teléfono sonó desde el dormitorio. La alegría pura de ese primer bocado quedó un poco arruinada, se levantó y fue a buscar el teléfono, deseando haber pensado llevarlo consigo.
En la pantalla de bloqueo vio una serie de textos de Seungah.
¡Kyung me pidió que me case con él!
Era el primer mensaje, seguido por una seguidilla de emojis de anillos de diamantes y champán. Esto fue seguido por una imagen de la mano de Seungah. El diamante era ridículamente grande y en absoluto de su gusto.
¡¡¡¡Dije sí!!!!
–Bueno, duh, —Murmuró con una sonrisa.
Envió un mensaje de vuelta con los mejores deseos y amor, a continuación, colocó su teléfono al lado de su desayuno y trató de comer. Por desgracia se le había ido el apetito. Empujó el plato de alimento a un costado y se levantó. Hizo una mueca, arqueando la espalda para aliviar la punzada de dolor. Miró a su estómago —Sabes qué bebé, se supone que estarás allí otra semana más o menos y, si te parece lo mismo, votaré para más temprano que tarde.
Se dirigió hacia el sofá, apenas se había sentado cuando sonó el timbre de su puerta. Miró a la puerta, y con un gemido, se alzó de nuevo a sus pies.
La campana volvió a sonar mientras llegaba hasta allí —Espera un minuto maldición. Es temprano —Miró a través de la mirilla y dejó de respirar.
Abrió de golpe la puerta. Allí, apoyado en el marco, estaba un muy despeinado Kyuhyun, muy atractivo. Todavía llevaba puesto su traje de boda, la corbata estaba desatada y las mangas arremangadas, la chaqueta colgaba del hombro. Incluso su cabello parecía sobresalir de su cara como si hubiera dormido mal y no se molestó en peinarse.
— ¿Qué estás haciendo aquí? Pensé que tu vuelo era esta noche.
Kyuhyun tiró de él a sus brazos y lo besó como si no se hubieran visto en años en lugar de sólo unos días —No podía soportar otro momento sin ti, —dijo, su voz ronca por la falta de sueño. Dejó caer el abrigo en el suelo, encima de una bolsa de lona y un montón de zapatos, y cayó de rodillas, con la cara al nivel del vientre de Sungmin —Hola, bebé, —dijo con la voz más suave y gentil que había escuchado —Tu papá te extrañó.
Sungmin pasó las manos por el cabello de Kyuhyun.
— ¿Está bien referirme a mí mismo como papá? —Preguntó Kyuhyun de pronto —Si quieres ser papá, estoy más que feliz de encontrar otro nombre...
Le puso un dedo sobre los labios de Kyuhyun —Creo que eres un excelente papi. Me veo más como un papá, de todos modos.
Compartieron un par de tontas, felices sonrisas y luego Sungmin se tambaleó hacia atrás, apoyándose contra el marco de puerta, con la mano en la espalda baja.
Se apoyó en la puerta, el dolor en la espalda llegando a ser casi insoportable.
— ¿Qué pasa? —Kyuhyun dijo inmediatamente — ¿Necesito llamar a un médico?
–Sólo... espera... —gruñó.
— ¿Qué demonios fue eso? ¿Fue una patada? —preguntó Kyuhyun, los ojos en su estómago.
–No, —Sungmin jadeó la palabra —Estoy bastante seguro de que significa que estoy en trabajo de parto.
La cara cansada y desgastada por el viaje de Kyuhyun, con su barba de rastrojos se puso blanca — ¿Ahora? ¿Estás teniendo el bebé ahora?
–Me alegra que hayas llegado a tiempo —Trató de reírse, terminando chupando aire en su lugar.
Kyuhyun se abrió paso, moviendo la cabeza de izquierda a derecha — ¿Dónde está tu bolsa para el hospital?
Trató de apuntar a la esquina donde su bolsa de hospital estaba empacada y lista, pero el dolor era demasiado intenso. Se dejó caer contra la puerta con un gemido, pensando que estaba a punto de perder el conocimiento.