Recepción infernal

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Sungmin


La cena de esa noche en casa de Kyung fue mucho mejor de lo que esperaba; especialmente teniendo en cuenta el día que habían tenido que sobrevivir él y Seungah. Además del drama de su apartamento, tuvieron que pasar varias horas en la oficina, y eso probablemente le había llevado más tiempo del necesario debido a su resaca. Estaba agradecido de que los Park cenaran tarde, aunque también hubiera estado agradecido por pedir una pizza, cualquier cosa que no le exigiera hacer nada más que sentarse y comer. La charla sobre anécdotas de fiestas de bodas resultó ser catártica

–Fue horrible. Entré para advertirle a la novia que faltaban quince minutos y supe que la boda estaba simplemente cancelada, —dijo Seungah.

Sungmin levantó la copa para beber otra vez, escuchando que Sodam, Kyung y Hyungsik exigían todos los detalles del porqué la boda se había ido al infierno. No es que pronto olvidara el momento en el que Seungah y Charlie llegaron a su lado con los ojos muy abiertos.

–Sungmin estaba inspeccionando el pastel en busca de arañas...

—¿Arañas?

Fue Kyuhyun quien preguntó. Sungmin pensaba que no había estado prestando atención —Nuestra madre cree que las arañas traen buena suerte a las parejas. Ella las ha estado poniendo en las tortas o en los arreglos florales durante los últimos años.

–Mi dios, es simplemente horrible, —comentó Hyungsik. Pensó que parecía listo para echarse a reír —Deben hacer que se detenga inmediatamente. Pueden perder el negocio si tal cosa fuera a descubrirse.

Las sirenas sonaron en su mente sobre el daño literal que el chismoso Hyungsik podría causar a su negocio. Se enderezó, dándose cuenta de que tenía que aclararlo antes de que la situación se saliera de control.

–Son esas de plástico, —Seungah les aseguró. Su mirada decía claramente que no estaba solo en sus pensamientos.

—¡Arañas de plástico negro! Que increíble —Kyung se recostó en su silla, claramente enamorado de la idea.

–Parece que es una verdad universal que no se puede tener control sobre los padres, —dijo secamente Kyuhyun, lo que hizo que Hyugsik cerrara la boca.

Sungmin le dio al hombre, del que aún se negaba a pensar demasiado bien, un gesto de agradecimiento. Se le ocurrió que tal vez debería preguntarle a Charlie un poco más acerca de la mugre sobre la familia Cho.

Sungmin levantó la vista de repente, consciente de que todos los ojos estaban una vez más sobre él —Lo siento, —murmuró —Estaba perdido en mis pensamientos.

Hyungsik sonrió con fuerza —Parece que tuviste un día bastante difícil.

Apenas le devolvió la sonrisa.

–Cuando te contrataron, ¿tenías alguna idea de que iban a ser una pesadilla? —preguntó Kyung.

Sungmin asintió —Afortunadamente, este no era nuestro primer rodeo. Insistí en una suma inicial mayor a la normal para aceptar el trabajo y el pago en su totalidad el día del evento.

Kyuhyun asintió sin hablar. Captó el movimiento de aprobación y sintió que se calentaba. Apartó el sentimiento a un lado. ¿Por qué debería importarle la aprobación de Kyuhyun?

—La pareja era extraña desde el primer día, —agregó Seungah.

Hyungsik se inclinó hacia delante —¿Cómo es eso?

Hyungsik estaba demasiado interesado en la miseria de otras personas.

–Una boda de martes por la noche, para empezar.

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