Kyuhyun
Se quedó mirando el vaso de chupito, momentáneamente divertido por su falta de alcohol. Kyung estaba recostado en la silla frente a él, Seungah se sentaba en su regazo. Los dos se murmuraban el uno al otro y de vez en cuando se reían. Al verlos así, admitió que hacían una "dulce pareja" Sin embargo todavía no estaba convencido del afecto de Seungah.
Sodam miraba a la chimenea. Ella no había hablado en más de treinta minutos, lo que estaba muy bien ya que Hyungsik no había hecho nada más que charlar durante ese tiempo.
La mirada de Kyuhyun flotó más allá de ellos, a Sungmin. El hombre no era el de siempre. No hizo bromas o intentos de entablar una conversación. Hyungsik y Kyung lo habían intentado sin éxito.
¿Por qué estaba Sungmin tan callado? En su tiempo en la casa, había descubierto que no era ni un charlatán, ni un ser taciturno. Dudaba de que su silencio indicara algún tipo de remordimiento por el hecho de que él y su hermana regresaban a su propio apartamento por la mañana. A pesar de que había estado viviendo con Kyung de vez en cuando por un par de años, la idea de despertarse por la mañana sin los hermanos Lee parecía... vacía.
No se dio cuenta de que estaba mirando fijamente hasta que un par de ojos marrones y curiosos lo miraron a los ojos, Kyuhyun soltó un jadeo, mirando a lo lejos
—Hyungsik, ¿otro? —No se atrevió a dejar que sus ojos volvieran a su antiguo lugar de descanso. Hyungsik más que felizmente agradecido, llenó el vaso de Kyuhyun hasta el borde.
–Hasta el fondo Kyu. Hazme feliz —Hyungsik cantó con asombro y júbilo cuando hizo eso. El alcohol le quemó la garganta agradablemente. Hacía tiempo que no tomaba un trago directo.
Se estiró de nuevo sobre la mesa, ofreciendo su vaso para otra recarga. Esta vez bebió más despacio, obligándose a concentrarse en el líquido y en cualquier tema intrascendente que Hyungsik eligiera para conversar. Sintió que sus ojos se llenaban de somnolencia inducida por el alcohol, pero se negó a ser el primero en abandonar la habitación.
Aunque mantuvo sus ojos firmemente plantados en su vaso, y no en Sungmin, el hombre llenaba sus pensamientos. Era ingenioso, lo que apreciaba. Y bien instruido. Ellos tuvieron una larga conversación el lunes por la noche, cuando se había topado con la lectura de Sungmin "On Walden Pond" en el jardín. Había sido un momento raro de diálogo ininterrumpido y abierto.
Pero en realidad, ¿qué estaba pensando? ¿Estaba considerando realmente buscar una relación? ¿Con alguien, por no hablar de Sungmin? Se sentía como si obstruyera su camino en Cho Visions. Una relación solo distraería. ¿Y si las cosas siguieran avanzando? No tenía necesidad de conocer a la señora Lee en persona para saber que sería una pariente terrible. No podía evitar escuchar la mitad de la conversación cuando Sungmin o Seungah le llamaban, aunque lo intentó. Ella era una entrometida llena de demasiado interés en la vida cotidiana de sus hijos. Tal vez no era completamente diferente a su propia madre, supuso, pero él tenía la columna vertebral para enfrentarla. Incluso si la Sra. Lee pudiera evitar pedir favores inapropiados, constantemente intentaría abrirse camino en las vidas de sus hijos. Eso era algo que no podía soportar. No, sus pensamientos eran solo vuelos de fantasía, y eso es lo que debían seguir siendo.
Se perdió la escapada de Kyung y Seungah hasta que Hyungsik se rio — ¿Crees que ella estará en su cama o en la de él? —Le preguntó a Sodam, su voz sonó en un susurro.
Sodam sonrió —En la de él. Ella sería estúpida si no intentara hundir sus garras. Kyung es demasiado...
Sus palabras fueron cortadas por el chillido de una silla que se arrastraba por el piso de madera dura. Sungmin se levantó, los ojos brillando con furia, con pasión, Kyuhyun se dio cuenta, olvidándose de respirar