Drama candente

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Sungmin


Por supuesto, Mark sabía que el único restaurante de sushi en la ciudad compartía una pared con una discoteca. Sungmin se sentó en el bar tomando un gin-tonic mientras observaba a su hermano circular de un alfa a otro en la pista de baile. Seungah y Kyung estaban en una esquina del salón, sus ojos solo se miraban entre sí, mientras que Hyungsik prácticamente estaba encima de Kyuhyun a unos pocos pasos de distancia. Se preguntó si debería haber tomado un taxi para irse a casa.

–Bueno, no te veas como una gruñona florcita en la pared, —dijo Charlie, apareciendo al lado del codo de Sungmin.

Sungmin saltó, luego se echó a reír, limpiándose unas gotas de su bebida que se habían derramado en su manga —Estaba empezando a preguntarme si me largaba, o si realmente decidías venir.

— ¿Estás bromeando? ¿Una oportunidad de verte un poco mareado y suelto? Como si me lo fuera a perder —Charlie llamó la atención del camarero y pidió un vodka con soda. Suavemente murmuró —No me dijiste que habías decidido perseguir al Sr. Cho después de todo.

Sungmin gimió —No es así. Seungah nos invitó a ir al mini golf con ella y con Kyung y luego...

–Y tú estás haciendo caso omiso a la posibilidad de mirarlo directamente a la cara, como de costumbre —Charlie negó con la cabeza, aceptando la bebida del camarero — ¿Qué voy a hacer contigo, Sungmin?

Sungmin miró hacia donde Kyuhyun había estado merodeando la mayor parte de la noche, pero él y Hyungsik habían desaparecido. ¿Había interpretado mal esta situación? ¿Eran realmente una pareja?

No. Esa sería una dinámica seriamente desordenada. Vació su bebida y la puso en el mostrador —Emborráchame lo suficiente como para bailar.

— ¿Escuché que alguien quiere emborracharse? —Dijo una nueva voz —Sungmin, ¿verdad?

Le llevó un minuto identificar al hombre que se había dirigido a él — ¡Oh! ¡Tú! ¡El camarero del puerto deportivo!

–Matthew, —le recordó. Le presentó a Charlie, y luego Mark se acercó.

–No me digas que me vas a dejar por mi hermano, Matt —bromeó, aunque su voz tenía un dejo de competencia.

Matthew rodeó a Mark con el brazo —No pude evitar escuchar a tu hermano decir que quería emborracharse. Es nuestro deber de ayudarlo, ¿no te parece?

Los ojos de Mark se iluminaron y se abrió paso hacia la barra — ¡Chupitos! —Llamó —Cuántos... —Se dio la vuelta y comenzó a contar —Charlie, Kyuhyun. Chupitos ¿Te unes?

Estuvo en el ángulo perfecto para ver las caras de Kyuhyun y Matthew cuando se giraron para mirarse. La sonrisa abierta de Matthew se apretó en una línea hermética, y las fuertes cejas de Kyuhyun se fruncieron cuando cruzó los brazos sobre su pecho...

–Kyuhyun. Ha pasado mucho tiempo —Matthew extendió su mano.

— ¿Ustedes dos se conocen? —preguntó, su curiosidad por su respuesta estuvo a punto de desgarrarlo a pedazos.

–Éramos amigos cuando éramos jóvenes, —dijo Matthew, aún con la mano extendida, mientras que Kyuhyun lo ignoró cuidadosamente — ¿Qué tal una bebida, Kyuhyun? Por los viejos tiempos.

Sin decir una palabra, Kyuhyun giró sobre sus talones y se dirigió al otro lado de la habitación. Hyungsik quiso seguirlo, pero Mark presionó un vaso de chupito en su mano.

— ¿A dónde fue Kyuhyun? —Mark preguntó, luego se encogió de hombros —Más para mí, supongo. ¡Fondo blanco!

Todos posaron sus vasos, y luego Matthew le tendió una mano a Sungmin — ¿Listo para bailar ya?

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