cap 19 | cuidame

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Pov Lisa

Me despierto con la vibración de mi teléfono. Mentalmente no le envío buenos deseos al que este enviando mensajes. Me cae mal aquel que haya interrumpió mi sueño embellecedor y tenga que sentir este maldito dolor de cabeza.

Lo tomo sin ver nada y enciendo a ver quién coño es.

Jennie: Manoban, lo lamento por haberte tratado así hace rato. No tengo excusas para mí comportamiento, solo diré que pague mi estrés contigo y no debí. Me has ayudado como nadie y te lo agradezco. Si quieres, puedes pasar por mí a las nueve, nos vemos.

Me quedo estupefacta, Jennie Kim me pidió disculpas? Que sigue? Helado de chocolate sin chocolate? Espera k?

Me desperezo pero luego de quitar los ojos de mi teléfono me doy cuenta que no estoy en mi cuchitril.

Mierda que pasó ayer?

Un pelinegro está acostado boca abajo y es todo lo que necesito para saber que fue lo que pasó.

Soy un asco de persona.

Me acabo de acostar con un hombre que no es mi prometida. Sé que Jennie y yo no somos una pareja de verdad, pero ya le fui infiel. Y yo le prometí un poco desde que nos comprometimos.

Y ya le puse los cuernos de venado.

Veo la hora y son las ocho de la mañana. Perfecto y ni puta idea de dónde estoy.

Salgo de la cama y me visto para ir volando a mi casa para llegar rápido donde Jen.

Corro por una casa que desconozco y estoy casi saliendo cuando mi cara da de lleno con el piso. Me di en toda la jeta. Mierda, mierda, mierda.

Me enrede con una alfombra y casi me saco los dientes. Mi día va mejorando. Me paro de inmediato y mientras me pongo mi vestido voy bajando unas escaleras, no pregunten como lo estoy haciendo, porque ni yo sé. Llegó por fin a mi auto y al darme cuenta en que parte de la cuidad estoy, quiero mandar todo para la mierda. Estoy del polo opuesto de donde vivo.

No sé porque de repente quiero la buena aprobación de Kim. Pero pasa y según mi instinto debo de hacerle caso.

Gracias a Dios no había ningún trancon y llegue a mi casa veinte minutos después, y gracias a todas las carreras que eche para llegar con tiempo de sobra.

Me doy un baño rápido y me visto sencillo y salgo de la casa sin verme en el espejo ni nada, ya es tarde.

Corro en el auto hasta casa de Jennie y me acuerdo que ni le respondí que iría, seguro que ya se ha ido. Y yo como pendeja corriendo como loca. A veces no sé porque soy así.

Estaciono al frente de la casa de Jennie y salgo del auto. Si se fue sin mi, es por culpa de mis estupideces.

Tocó la puerta, aguanto la respiración esperando que no sea demasiado tarde. Cuando estoy resuelta a irme, escucho la puerta abrirse— Lalisa.

Me giro al verla y parece que se siente mal. Está verde, literalmente— que te paso?

—Los shots no me cayeron muy bien, he pasado toda la mañana vomitando— mierda—lo siento por hacerte venir, pero gracias.

Quiero hacer un comentario mordaz, pero no puedo. Se nota que se siente mal— descuida, como hiciste para escribirme?

—fue anoche después de que te fuiste. Está mañana pense que me recuperaría pronto, ya veo que no. Por algo no t...— pone su mano en su boca y sale corriendo para dentro de la casa.

Se nota a simple vista que no bebe demasiado...(solo aquella vez que se emborracho la noche en que me rechazo mi deliciosa y suculenta propuesta) pero no estaba así, ayer estaba en sus sentidos y tranquila. O eso quiero creer.

•°𝑻𝒖 𝒚 𝒚𝒐?... 𝑱𝒂𝒎𝒂𝒔!°•  JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora