Después de la fiesta en el jardín pasaron dos días hasta que volvimos a tener clases. Era "lunes" por la mañana y según nuestro horario teníamos clase de oratoria.
Kath y yo estábamos sentadas en medio del tercer nivel de la sala cuando Asher y Matt tomaron asiento al lado de nosotras.
— ¿Todavía no llega el señor...?
—Estoy aquí, estudiante Cooper. —el profesor Cæstiel masculló el apellido de Matt con desdén, mientras sus ojos negros no dejaban de mirarnos de manera escrutadora, como si eso le permitiera entrar en nuestras mentes para averiguar qué pensábamos realmente sobre él.
Yo no sé. Creo que desde que conocí mejor a Kath y Asher empecé a dejar de formarme ideas tan prejuiciosas y superficiales de las personas, por lo que nunca llegué a tener una visión fija del profesor que nos impartía Oratoria y Filosofía.
Sin embargo, puedo decir que me parecía un buen profesional, no obstante el hecho de que a veces era demasiado riguroso con los estándares de comportamiento durante sus clases y que, tal vez, nos exigía más de lo que podíamos. Él buscaba la perfección.
—Buenos días a los demás. —El sujeto esperó a que todos le saludáramos para ir a sentarse a su escritorio. Luego, se acomodó el hirsuto cabello azul que le brotaba de la cabeza y con entusiasmo dijo—: Hoy tienen una importante tarea por delante. Formarán tríos, para un trabajo que consistirá en crear un discurso de tres planas, desarrollando un tema que yo les asignaré.
Como el profesor no indicó nada más, Kath, Asher, Matt y yo comenzamos de inmediato a pensar la mejor forma de repartirnos en grupos de sólo tres personas. Admito que estuve tentada a preguntarle al señor Cæstiel si se podía ser de cuatro, pero por suerte lo analicé mejor y llegué a la conclusión de que, aparte de obtener un rotundo "no" como respuesta, también me ganaría la apatía del maestro para siempre.
No quedaba otra opción: tendríamos que separarnos.
— ¿Alguno de ustedes necesita un integrante más?—nos preguntó Susan.
Mordí mis labios con nerviosismo, pues vi la esperanza que albergaban los ojos de la chica y no quería dejar que se fuera sintiendo la decepción del rechazo. El problema era que con los chicos aún no llegábamos a ningún acuerdo concreto.
—Sí, puedes ser con nosotros. —Kath tomó la mano de Matt y entonces fui testigo de algo que se convertiría, semanas después, en lo más normal de nuestras vidas estudiantiles. Las decisiones esporádicas. Todos querían tener buenas evaluaciones y como apenas nos estábamos conociendo, cuando algún profesor decía "grupos", había que escoger rápido al compañero que pareciera más prometedor.
En esa ocasión, Kath decidió por los cinco y bueno, no la culpo, porque Susan era simpática y potencialmente inteligente, de modo que haberla dejado ir hubiera sido un error gravísimo.
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Only The Brave
Science Fiction"Y al ver la decisión y coraje en sus rostros supe que estaba en el bando correcto. Solo esperaba que también fuera el vencedor"