Tardamos un día en llegar a Liuyann, la zona del planeta dirigida por Essié y Flaür. Michael nos explicó que ellas estaban al tanto de todo lo que ocurría en el centro y que conocían las verdaderas intenciones de Aýnett y Shouwn. De hecho, actualmente existía una gran tensión entre los líderes, por lo que cada movimiento debía ser analizado con extremo cuidado antes de su ejecución. Un paso en falso y ¡Puff! Las posibilidades de una guerra interplanetaria eran demasiado altas.
Nos sumergimos entre las nubes a los pocos segundos después de que Sebastian abordara la nave. Tras las presentaciones correspondientes, no hubo mucho diálogo entre nosotros y Mike. O bueno, yo no le hablé y Matt parecía querer estrangularlo con la mirada. Era curioso ver que algo así sucediera, pues a Mattew no solía caerle mal nadie o bien nunca llegaba a manifestarlo de manera tan explícita.
Por el contrario, Sebastian no tenía ojos para nadie más y en todo momento buscaba temas aleatorios para hacer que Michael le hablara, a pesar de que él no pareciera muy interesado en la conversación. Sam se dedicó a dormir la mayor parte del viaje. Se acomodó en unos sillones azules y luego de múltiples bostezos, sus párpados decayeron, envueltos por el cansancio. Decidí darle su espacio, ya que las últimas horas no habían sido nada de fáciles e intuí que ver a Sebastian flirteando con Michael no debía ser muy agradable para ella. Pese a tenía algo con Álex antes de que nos fuéramos, todo parecía indicar que aún guardaba sentimientos hacia Sebastian.
Me quedé un rato observando el paisaje que se proyectaba a través de una de las tantas ventanas de la nave. Íbamos a una velocidad considerable, pero eso apenas se percibía estando abordo. Los árboles no eran más que cúmulos de manchas verdes desde aquella altura y las extensas praderas no tardaron en ser remplazadas por una gran masa de agua oscura. De pronto, sentí la presencia de Matt a mi lado.
—Le escribí una carta—murmuré. El chico ladeó la barbilla en un ademán de confusión—. A Asher. Le escribí una carta a Asher y no funcionó, no logré hacer que recapacitara. Él debería estar con nosotros ahora.
Mi voz se fue debilitando a medida que hablaba y la última frase me salió en forma de sollozo. Tragué saliva en un intento por aliviar el dolor que se extendía por toda mi garganta. Un suspiro indescifrable escapó de los labios de Matt. A continuación se frotó las sienes y renegó.
—Ash es un terco, Madie—dijo. Mis hombros decayeron al percibir la nota de tristeza en su voz—. Él nunca cambia sus decisiones. No debimos albergar esperanzas de que... ya sabes, escapara con nosotros ni mucho menos.
— ¿Cre-crees que ya no volveremos a verlo?
—No lo sé.
Asentí con cierta amargura. En el fondo sabía que su respuesta era la acertada, pues por más que queramos que algo suceda, a veces simplemente no depende de nosotros. El futuro es incierto y cualquiera de nuestras acciones puede tener una repercusión a largo plazo que en el presente no somos capaces de dimensionar. En ese sentido, me hubiera gustado ser tan realista como Matt. Por mucho que me esforzara, aún guardaba ilusiones de que todo se arreglaría, de que los astros se alinearían a mi favor y me darían la oportunidad de ver aquellos ojos avellana una vez más.
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Only The Brave
Science Fiction"Y al ver la decisión y coraje en sus rostros supe que estaba en el bando correcto. Solo esperaba que también fuera el vencedor"