El clima siguió cambiando. La lluvia se transformó en nieve y pronto todo el centro estudiantil fue cubierto por una gruesa capa descolorida, fría y húmeda. Los que menos toleraron este cambio fueron los jóvenes de Sudáfrica, ya que sus pieles morenas, resistieron altas temperaturas y múltiples casos de escasez hídrica en la Tierra, mas nunca habían sentido el gélido contacto de la nieve.
Lo mismo sucedió con los muchachos de Brasil, entre los que se podía hallar a representantes de otros países de América Latina. En general, algunos de ellos (los que vivían en zonas cercanas a la cordillera de los Andes) no se mostraron muy sorprendidos cuando cayó la primera nevada, pero los que venían del Caribe y la selva, se vieron afectados en gran medida.
A muchos les bajaron las defensas y se registró una ola de resfriados e infecciones pulmonares. Para evitar una mayor propagación de estos padecimientos, los guías e inspectores decidieron que lo mejor era internar a los infectados en el centro de atención médica y fomentar hábitos de buena higiene entre los que aún estaban sanos.
-Me gusta tu bufanda. -Matt tocó la franja de lana beige que colgaba del cuello de Asher con sus manos enfundadas en guantes oscuros.
-A mí también. Madie me la hizo. -Ash sonrió de lado. Luego se quitó unos copos de nieve que tenía en el cabello y escudriñó la cabeza de Mattew con una mirada divertida-. Tú tampoco te pusiste gorro.
-No. -Matt rió-. Si Kath me viera me mataría.
Dicha afirmación tenía algo de verdad, aunque Mattew sin dudas exageraba. Varias veces él y Katherine habían discutido por lo mismo, pero nunca traspasaban el límite de una conversación más o menos agitada. Su problema radicaba en que cada uno creía tener la razón. Y así era hasta cierto punto.
Matt se preocupaba de la salud de Kath y siempre estaba al tanto de que se tomara su medicina, no hiciera esfuerzos físicos desgastantes y se abrigara bien. A ella eso no le molestaba en lo más mínimo, pues sabía que lo hacía por cariño. Las peleas comenzaban cuando se trataba del caso opuesto.
Huérfano y criado por el hermano de su madre, Mattew sabía lo que era la pobreza. La había vivido en carne propia. Alrededor del año 2034 grandes hambrunas azotaron a los Estados Unidos. Aproximadamente una sexta parte de la población falleció y el resto sufrió desnutrición, males estomacales, infecciones y un sinfín de otras enfermedades causadas por el hambre. La gente se desmayaba en la calle y no era extraño ver a grupos de personas hurgando en los basureros de los restaurantes que aún funcionaban. Matt tenía trece años y logró sobrevivir gracias a la caza de avecillas en los bosques de California.
Rodeado de árboles maltrechos, rifle en mano y atento a cualquier movimiento que delatara a sus pequeñas víctimas, Mattew pasaba horas en el exterior junto a su tío. Las temperaturas solían ser muy bajas y ni las capas de ropa vieja que se ponía sobre su escuálido cuerpo, ni el café que tomaba en las mañanas antes de salir de casa, le eran de mucha ayuda. Se enfermó varias veces, aunque su peor experiencia fue cuando cayó al hospital por una neumonía y casi no vive para contarla.
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Only The Brave
Science Fiction"Y al ver la decisión y coraje en sus rostros supe que estaba en el bando correcto. Solo esperaba que también fuera el vencedor"