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Todos los jóvenes tenían la vista fija en su profesora de educación física, quien les explicaba con gran esmero en qué consistiría su primera prueba.
A diferencia de las clases anteriores, Letnia los había citado en aquella ocasión al parque de geîtt, ubicado en los márgenes del gran campus y que correspondía a un terreno vasto, rebosante de vegetación y de rocas que formaban colinas inestables, con senderos sinuosos que parecían no tener fin y una serie de obstáculos ocultos que pronto serían la perdición de algunos poco afortunados aventureros.
-Jugarán un captura la bandera.-la maestra hizo una pausa dramática-, Al extremo y siguiendo las reglas que yo les diré ese mismo día. Ahora, procederemos a formar grupos de cinco.-Letnia junto sus manos-. Tal vez esto determine la mitad de sus evaluaciones, pero no debería, pues no importa con quién trabajen, siempre deben dar lo mejor de ustedes.
Hubo murmullos de disconformidad y sobre todo de escepticismo entre los jóvenes, pero ninguno llegó a expresar abiertamente lo que pensaba. No por miedo, sino que al estar acostumbrados a la represión e irrelevancia de sus opiniones, ya no creían que alzar la voz fuera un método efectivo para lograr cambios. Además, después de haber pasado lo que ellos, obtener una mala calificación no parecía ni terrible ni relevante.
Aunque claro, las excepciones siempre existen.
-Sacha, Diane, Rose, Harry, Asher y Matt un paso adelante, por favor.-Letnia sonrió-. Ustedes han demostrado ser responsables, tener espíritu de líderes y valores que resultan útiles en este tipo de actividades, por lo cual, los he elegido para ser capitanes y capitanas.
Se produjo otra ola de protestas silenciosas, aunque un poco más audibles que las anteriores. Algunos también lanzaron miradas de fastidio a los seis seleccionados, ya que pese a que no les conocían para nada, estaban seguros de que no poseían las cualidades que Letnia había visto en ellos.
La mujer, cuyo cabello púrpura se mantenía sujeto y bien ordenado en una coleta alta, pidió a las tres chicas y a los tres chicos "capitanes" que fueran donde ella y se pusieran de frente a sus demás compañeros.
-Elijan a uno o una de estos bellos muchachos y muchachas, la única condición es que deben compartir misma nacionalidad. Sólo para evitar conflictos, ya saben.-Al pronunciar esa última frase, la profesora observó a un par de alumnos y las comisuras de sus labios se elevaron, formando una sonrisa que en conjunto con sus ojos dorados, dieron lugar a una expresión bastante enigmática.
Después del incidente de Finnian, Matt y Kath, sucedieron muchas otras discusiones y peleas, por lo que los guías decidieron trabajar en medidas para mejorar la convivencia escolar.
Una de ellas fue la de evitar situaciones de mucho roce. Es decir, nadie descartaba que dentro de grupos de trabajo, por obvias razones, existieran conversaciones agitadas, en que cada estudiante defendería su postura, pero era mil veces mejor que esto ocurriera entre adolecentes pertenecientes al mismo país que a diferentes. La lógica que seguía este pensamiento era que de darse lo último, las peleas irían mucho más allá de lo académico, incluyendo de paso temas raciales, culturales y políticos.
