La imagen de aquella mujer no se iba de mi cabeza. Su ropa repleta de pedrería, sus ojos hipnotizadores y esa sonrisa. Esa maldita sonrisa. Tanta belleza logró abrumarme y creo que era el sentimiento general de los que allí nos encontrábamos.
Aýnett agradeció a los bailarines por venir desde tan lejos y descendió del escenario junto a Shøuwn. Los demás líderes los siguieron saludando a la multitud, en tanto los guías se encargaban de rodearlos para evitar cualquier incidente.
Me giré hacia Asher aún aturdida. Él tenía la vista clavada en un punto inespecífico y los labios apretados. Hundí un dedo en su mejilla derecha formando un hoyuelo en el lugar, pero sin llegar a perturbarlo. Repetí la misma acción unas cuantas veces hasta que logré hacerlo sonreír.
— ¿Ya podemos irnos?—me preguntó, alzando una ceja—. Quiero ver el mural.
—Creo que sí—dije. Luego observé a mi alrededor para ver si Jaitch estaba cerca. Al no divisarlo entre los cientos de cabezas que tenía en frente, decidí arriesgarme y tomé la mano de Ash con seguridad—. Vamos.
Arrastré a mi novio hacia la masa de cuerpos, teniendo cuidado de no chocar con nadie. Eran esfuerzos infructuosos, ya que varias veces escuché maldiciones poco disimuladas y sentí alguno que otro rasguño en mis brazos.
—Perdón. Permiso. Lo siento.
Cuando pudimos volver a respirar con normalidad solté a Asher para poder estirar mis dedos, tensos por el esfuerzo realizado durante el camino. Me quité algunos mechones de pelo que me cubrían la cara ante el divertido escrutinio de Ash. Fruncí las cejas y lo miré confundida.
—Sigues despeinada—me explicó. Involuntariamente abrí mucho los ojos al escucharlo—. Pero no taaanto. —Asher se apresuró en agregar.
Hice un mohín con los labios. Mi cabello siempre había sido difícil de controlar después de todo, ¿Qué podía esperar? Suspiré resignada, entrelazando de paso los dedos de Ash con los míos.
Para llegar al mural teníamos que atravesar un largo camino a cuyos costados se hallaban diversas atracciones preparadas por estudiantes de otros niveles. Nos detuvimos en casi todas, aunque la más destacada fue el puesto de repostería organizada por Sue Winehouse, quien se tomó el tiempo de explicarnos el proceso de preparación detrás de cada delicia. Además nos dio muestras gratis y eso le suma puntos por mil.
También hicimos una parada en el área de fuegos artificiales, donde se encontraba Sam. A Asher le encantó ver a aquellos explosivos iluminar el cielo con colores brillantes. Lo que es yo, bueno..., digamos que nunca he sido fan del ruido que emiten, por lo que me sujeté al brazo de mi novio y me cubrí una oreja. A cada "¡Boom!" que sonaba un temblor escapaba de mi cuerpo.
— ¿Ya terminó?—quise saber, una vez que dejé de escuchar los ensordecedores sonidos.
Sam me miró apenada.
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Only The Brave
Science Fiction"Y al ver la decisión y coraje en sus rostros supe que estaba en el bando correcto. Solo esperaba que también fuera el vencedor"