Capítulo 10

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El momento de capturar la bandera llegó antes de que pudiera tomarme un descanso del agitado ritmo que se vivía en el centro estudiantil

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El momento de capturar la bandera llegó antes de que pudiera tomarme un descanso del agitado ritmo que se vivía en el centro estudiantil.

Até los cordones de mis zapatillas con un nudo apretado y luego repetí la acción con la tela de color rojo que todos los integrantes del grupo liderado por Asher debíamos llevar en el brazo.

Asher.

Al volver de afuera aquel día que nos entregaron los resultados de las presentaciones y él necesitó salir, traía el cabello mojado y una expresión de tranquilidad en el rostro bastante convincente. No mostraba signos de que algo importante hubiera ocurrido. Pero yo sabía que sí y Matt también. Los dos intentamos que se abriera con nosotros, que nos dijera qué le sucedía. Sin embargo los esfuerzos fueron en vano, pues Ash se creaba mil excusas para evitar el tema o incluso a veces nos decía abiertamente que no quería hablar de eso.

Quise enojarme con él por ser tan testarudo, tan cerrado, tan agh, idiota. Pero no pude, porque no era molestia lo que sentía, sino frustración. Yo quería entenderlo. Y su obstinación por guardarse todo para sí mismo no era de gran ayuda.

Cerré la puerta del camarín de un portazo y caminé hacia donde se encontraba la profesora Letnia dando grandes zancadas. Bueno, tal vez sí estaba un pelín enojada.

—Hola—me susurró Susan. Respondí a su saludo con un movimiento de muñeca, acompañado de una pequeña sonrisa.

Minutos después de mi silenciosa llegada, la maestra dio comienzo a la competencia-evaluación. Me golpeé la frente con una mano, ya que sin querer había llegado tarde para escuchar las instrucciones. Negué y decidí que por ese día no me distraería más pensando en Asher.

—¿Qué tenemos que hacer ahora?—le pregunté a Susan. La chica entornó los ojos, como recordando, y luego me dijo que debíamos crear una estrategia grupal.

—Chicos, acérquese.—Ash nos llamó y por costumbre, instinto tal vez, formamos un círculo alrededor de él. Pese a que eso pareció incomodarle un poco, se aclaró la garganta y volvió a hablar—, Bien, aquí lo importante es que cada uno cumpla con el rol que yo les asignaré.

El castaño dirigió una mirada rápida a Daniel y Lucy. Ambos hicieron gestos de asentimiento, aunque mientras los de él poseían un aire distraído, los de ella denotaban fastidio.

Al terminar la reunión, todos sabíamos exactamente cuáles eran nuestras misiones. Existiría un grupo, integrado por Asher y Lucy, que iría en busca de la bandera del equipo azul. Y los restantes, o sea yo, Susan y Daniel, protegeríamos la nuestra.

Las reglas eran bastante simples: nada de golpes, rasguños, cortes o agresiones de ninguna índole. Las trampas tampoco estaban permitidas. Y por último, las banderas debían estar a la vista, sobre una superficie alta, pero sin exagerar. Deseé para mis adentros que todos respetaran dicha restricción, pues de no ser así, con mis piernas y brazos cortos estaría en una gran desventaja.

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