4. ¿Llamamos a los de la lista?

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8 de julio, 7 de la tarde.

Veo a Scott quien está parado junto a la mesa, viendo todo lo que conseguimos y analizando lo que nos podría ser util. Pérez nos dijo que nos hiciéramos cargo, que por una vez intentáramos hacer algo bien y que lo resolviéramos sin la ayuda de los demás. En mi opinión él solo quiere librarse del trabajo pesado para poder ir a invertir dinero al casino en las noches, pero es mejor para nosotros.
Sobre la mesa hay demasiadas cosas, nos trajimos de lo que creíamos que sería útil hasta de lo que no e incluso tomamos ciertas muestras, las cuales ya están siendo examinadas en el laboratorio.
Scott tiene una mirada analizadora, está pensando mucho.

Espero que no se le queme el cerebro.

Yo ni siquiera se por donde empezar, me siento algo cansada pues desde ayer no he dormido nada, solo he tomado café y he comido donas.
Además lo único que sabemos es que los chicos no llegaron a su casa y a partir de ahí, nada.

- Creo que deberíamos de hablar con los que están en la lista.- le digo.

- Primero hay que revisar todo esto, debe de haber algo aquí que sea de ayuda. Pero de igual manera podrías citarlos para mañana.- sigue sin despegar la vista de la computadora de Lucas.

- De acuerdo, sabes que puedes tocar esa computadora y ver lo qué hay en ella ¿verdad?

- Si lo se...

- ¿Entonces? ¡Ponte unos guantes y ábrela!- Scott hace lo que le digo, la pantalla de la computadora se enciende y él comienza su búsqueda.

Yo, en cambio, tomo una caja de Laris. Al abrirla hay docenas de papeles doblados, los abro uno por uno leyendo su contenido. La mayoría son cartas de amor, nada inusual, supongo que la chica ha de tener novio. Al final de la caja hay fotografías y reconozco a varios de los chicos qué están aquí, de cuando voy a hacer guardia en la preparatoria.

- ¡Mira esto, el chico sabe cómo entrar al sistema de su escuela!- Scott parece estar divirtiéndose, ¿me debería de sentir mal? Estoy disfrutando esto mientras la familia llora por sus hijos, creo que soy una mala persona.- No hay nada fuera de lo común, ¿encontraste algo?

- Apenas lo estoy revisando, solo hay cartas de un enamorado y fotografías con sus amigos. ¿Tomaste muestras de las huellas que estaban en las cosas, verdad?

- Si, López dijo que las tendría en un par de horas.

- ¿Qué haremos mientras esperamos?

- No porque no haya nada malo aquí significa que no lo pueda haber en las demás pertenencias. Sigue buscando.

- Bueno, pero mientras iré con Miranda para que cite a todos los que están en la lista para mañana.

- Si, si, claro, yo continuaré.- Salgo de la habitación y cierro la puerta tras de mi, al salir veo a Pérez sentado enfrente de su escritorio tomándose un café, doy vuelta hacia la derecha.

El departamento no es algo tan bonito que digamos, las sillas de la sala de espera están oxidadas, las puertas rechinan cada vez que las abres o cierras, los vidrios de las oficinas están sucios y del aroma ni hablar, huele a sudor y café todo el tiempo. No me sorprende que las familias se sientan peor después de visitar este lugar.

Miranda está en su escritorio, como siempre, pegada a la pantalla del monitor, cuando llego por detrás de ella ni siquiera me nota.

- ¿Quién es?- ella se sobresalta y lleva una mano a su corazón.

- Me asustaste...- inhala profundo y exhala tratando de controlarse.- es una persona que nos dio una suma grande de dinero para nuestras instalaciones.

- Vaya... espero que si lo utilicen para este lugar parece un basurero.

- Un basurero se ve mejor que esto, querida.- Me rio ante ese comentario y después de una larga platica le digo la razón de mi visita. Ella solo asiente, teclea unas cosas y busca en sus papeles lo que supongo yo que es la lista de los nombres. Busca direcciones y hace algunas llamadas.

- ¿Listo?- le pregunto

- Si, el primero vendrá mañana así como dijiste.

- ¡Gracias!

- ¡Edda, sin muestras de afecto en el trabajo!.- Me grita el jefe del departamento, Terroba, cuando le doy un beso en la mejilla a Miranda.

Lo hice solo para fastidiarla, ella me manda un beso cuando ya estoy lejos. Muchos piensan que somos novias o que nos gustamos pero no es así, le tengo un gran afecto a esa chica, he pasado mucho tiempo con ella, desde que empecé la Universidad siempre ha estado ahí para mi y ya nos tenemos mucha confianza para actuar de esa manera sin sentirnos extrañas o que se malinterpreten las cosas.
Vuelvo al cuarto de investigación y ¡OH POR DIOS!...

- ¡¿SCOTT, QUE DIABLOS TE PASA?!- grito mientras tapo mis ojos ante lo que acabo de ver.

- ¡Perdón, perdón, perdón!.- Escucho como se suben los cierres de los pantalones, me destapo mis ojos, García pasa por mi lado y a pasos grandes sale de la habitación.

- Cerdo...- le digo, intento contener una carcajada, él lo nota y un color rojo abunda en sus mejillas y cuello.- ¿Encontraste algo?

- Si, me la pase buscando...

- ¿En donde?, ¿En la boca de García?.- Está vez si me rio con demasiada fuerza, Scott se ruboriza aún más y me muestra su dedo medio.

- Para tú información ella me ayudó a encontrar esto...- me hace una seña para que me acerque y observe lo que él.- mientras tú perdías tiempo hablando con Miranda.

- No entiendo, ¿que es eso?.- rueda los ojos y suspira con pesadez.

- Son mensajes que se enviaban Lucas y otros chicos. Al principio no estaban, había mensajes que no concordaban con la conversación entonces pensé que quizá había más pero habían sido eliminados así que le hable a García y encontró esto.

Hay mensajes que si no los observas con atención parecen normales, ¡pero definitivamente no lo son! Hablan acerca de Laris...

- Ese nombre lo he visto antes.- Tomo de la caja las cartas de Laris, la mayoría de ellas están firmadas y todas llevan dentro el mismo nombre, hablando de la persona del chat pero estan firmadas por alguien mas. Es el mismo que está hablando con Lucas.- Creo que es el novio de Laris.

- Si es el novio de Laris ¿por qué se expresa de esta manera de ella?

- Probablemente porque es el hermano de ella... quizá se tienen mucha confianza o algo por el estilo.

- No lo se... ¿conoces a alguno de ellos?

- Si, de hecho a varios... pero no a los que están en la conversación.

- Bien... mañana sabremos más, debemos continuar.- Asiento y en esta ocasión me dispongo a revisar el joyero de la chica.

Esto me da mala espina... pero quiero llegar hasta el final.

No es un crimen si no hay un cuerpoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora