39. ¿Fue un sacrificio?

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13 de agosto, 11 de la noche.

— Bien Leah, tengo veinte minutos antes de que mi esposa se levante y sepa que sigo despierto trabajando, así que date prisa— bromea mi jefe, se que él no tiene esposa pero le gusta fingir que si.

— Bien, intentaré hacerlo lo más rápido posible... mañana es su día libre así que agendé una cita con su mamá a las cinco de la tarde para que tenga toda la mañana libre, ya le llamé y ella está enterada, tal como lo pidió, se puso muy feliz y un tanto furiosa, me dijo que le dijera esto— carraspeó un poco para imitar la voz de la señora— "¡deja de decirle a tu secretaria que me llame, no se te va a caer un dedo si lo haces tú!"— mi jefe se ríe ante eso, la mamá de él es en realidad una señora muy dulce, al parecer yo le agrado mucho pero le gusta hacer este tipo de comentarios para que yo se lo comunique a su hijo— el lunes será un día un tanto ocupado, tiene una reunión con la revista WSW...— le menciono todo lo que tiene que hacer para ese día, sin centrarme mucho en los detalles pues el mañana me hablará de nuevo para que yo le recuerde.

— ¡Genial, Leah! Muchas gracias...— se escucha como de su lado una mujer grita algo como "¡¿Que haces despierto a estas horas?!" Me rio ante eso, probablemente su hermana esté de visita— me tengo que ir, buenas noches.

Me despido de mi jefe y cierro mi computadora, he estado trabajando todo el día, me siento muy agotada, aunque trabajo desde casa parece que ahora tengo mas que hacer que nunca ya que al parecer Cristine necesita una colección de ropa pero no tengo idea de para que, a esa mujer solo le gusta causar estrés y molestias. Esto resulta peor para mi, tengo que agendar muchas reuniones, entrevistas, tengo que mantener a todos trabajando desde aquí, supervisar los avances y todo en realidad.

Bajo las escaleras para ir con Darmian quien está en el cuarto no secreto, analizando el teléfono de mi hermana y haciendo unas cosas que Edda le pidió, ella está el en trabajo ahorita, así que solo nos encontramos el y yo, él tampoco ha parado durante todo el día.

— Hola... te traje unas galletas...

— Gracias pero no me gusta comer mientras trabajo— no voltea a verme ningún segundo.

— Entonces más para mi— abro el paquete y tomo una, el voltea, no se resiste a la tentación ni el hambre así que también toma una— ¿Como vas?

— Mal, es difícil entrar al teléfono del chico, tengo sueño.

— Deberías descansar un rato... ¿que hay del celular de Laris?

Para no tenerlos mal informados, permítanme contarles:
Resulta que cuando fuimos al centro comercial y me llegó al teléfono la notificación de que mi hermana estaba a 9 metros de mi, me sorprendí mucho, pero no soy ninguna tonta, supuse que alguien se lo había encontrado en algún lado y bueno, así fue.
Caminamos un poco siguiendo la dirección que me indicaba mi celular y llegamos a "objetos perdidos" la señora que estaba ahí cuidando estaba utilizando el celular de mi hermana; como se podrán imaginar (o tal vez no) hice un tremendo escándalo para que me lo devolviera, ella se negaba y pues... tuvo que ver mi lado malo aunque Edda no me dejo usar mis navajas.
Se los detallaré un poco más:
Ella se negaba y yo me enfurecí, entre al lado en donde ella estaba, le dije que si no me lo devolvía lo iba a lamentar, ella me dijo:

— No me estés amenazando, no me das miedo— pero yo sabia que eso era mentira, le arrebaté el celular de las manos, iba a salir corriendo cuando ella me ataca por la espalda, se sube en mi e intenta inmovilizarme.

Estamos hablando de una señora de aproximadamente 42 años, con más peso que yo pero más chaparrita, me libré de su ataque y la empujé hacia unas cajas, todas ellas cayeron sobre ella pero afortunadamente no hubo daño alguno.
Tuvimos que salir corriendo del lugar antes de que llegara la policía; Edda se tuvo que voltear y hacer de la vista gorda, aunque ella no estaba trabajando como para que me detuviera.

No es un crimen si no hay un cuerpoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora