61. ¿Llevatelo al dos por uno?

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7 de septiembre, 2 de la madrugada.

Actuar, la actuación era lo único que me quedaba en estos momentos para salvar nuestro plan.

La escena ante mis ojos se fue haciendo cada vez más y más terrorífica para mi y eso es decir mucho pues yo amo las cosas de terror.

Hace unos momentos llegaron más personas del equipo de Duarte para ayudar, encontraron unos cadáveres enterrados aquí. Sería una falta de respeto si dijeran que ellos son mis hermanos, aunque sus cuerpos son muy parecidos no tienen nada que ver.

El forense toma fotos de la escena como siempre suele hacerlo, yo continuo llorando mientras Edda me abraza aunque realmente tengo unas ganas terribles de vomitar.

A los cadáveres que están frente a nosotros les sacaron los ojos, tienen dos enormes huecos llenos de gusanos saliendo y entrando por ahí en donde se supone que van los globos oculares, se ven un poco caducos, quien sabe cuánto tiempo llevarán ahí.

Pero con esto se puede demostrar que Ernesto es inocente. Lo que el dijo fue que había asesinado a mis hermanos el día que fallecieron pero estoy segura de que un cuerpo muerto no se ve así después de dos meses, esto de seguro fue obra de alguien más y no de Pérez ya que el parece experto en su trabajo y si quisiera incriminar a alguien no lo haría así, quiero creer que el sabe como se ve un cuerpo después de todo este tiempo.

Edda finge consolarme un momento luego se va con su equipo para recibir las noticias.

— ¿Qué hace ella aquí?— dice la detective evidentemente furiosa.

— Le dije que viniera para ayudar, es parte del equipo.

Chist, vaya ayuda.— aunque ella no lo quiera creer mis lágrimas están siendo de gran ayuda para este caso.

Cuando el forense termina de tomar las fotografías, Scott junto con otros oficiales se encargan de colocar los cuerpos en bolsas de plástico negras con cierre y los suben a un vehículo. Al parecer en esta ocasión no hallaron pistas en el lugar, nosotros tendremos que investigar aparte en cuanto lleguemos a casa.

Antes de venir para acá le deje una nota a Darmian en donde le explicaba todo esto que estaba sucediendo, se que usualmente el se despierta a las 3 de la madrugada para ir hacia el baño así que espero que no haga caso omiso a mis palabras y duerma mas de lo esperado porque será una larga noche para el.

Me subo a la patrulla junto con los chicos, Scott decide que se quiere ir en el asiento de atrás, cosa que me sorprende mucho pero no protesto, todo sea por estar al lado de Edda.

Ella comienza a maldecir por introducir lodo al auto.

— Maldita sea, tendré que lavarlo después.— se puede escuchar la leve risita de Scott.

Ella por fin se sube y comienza a conducir, creo que nunca la había visto hacerlo, no desde esta perspectiva pues siempre que salimos a alguna parte yo soy la que conduce; ella se ve realmente atractiva en estos momentos, la dejaré conducir más a menudo.
Nos mantenemos en un extraño silencio, estoy segura de que podemos hablar con tranquilidad aquí pero tal vez me equivoco, no me atreveré a cometer un error así que es mejor que me mantenga callada.

En casi una hora llegamos al departamento, si nosotros hubiéramos encabezado la marcha estoy segura de que habríamos llegado más rápido.

— Deberías ir a casa a descansar un poco.— me dice Scott tomándome del hombro y guiñándome el ojo.

— De acuerdo, avísame cualquier cosa ¿si?— el asiente.

Lamentablemente tendré que volver a casa en taxi pues deje mi auto allá por si Darmian lo ocupaba.

No es un crimen si no hay un cuerpoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora