11. ¿Un débil informante?

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13 de julio, 3 de la mañana.

Nombre: Franco Medellín.
Edad: 18
Tipo de sangre: A-
Estatura: 1.73 m

Mi mundo parece estar de cabeza ahora, mi mente da vueltas y vueltas, mientras más camino más me mareo.
Aún así, las chicas no llegan por lo tanto tendré que ser yo quien interrogue a estos sujetos.
Entro en la sala de interrogación para encontrarme con el chico, pálido como una hoja y demasiado nervioso. Es el debilucho del grupo, supongo.

- Hola Franco, soy el oficial Scott.

- H-hola - dice tartamudeando.

- Bien Franco, quiero suponer que ya sabes porque estás aquí... son dos motivos.

- S-si... ¡pero yo no hice nada, lo juro! ¡No era mi intención! - sus ojos comienzan a cristalizarse pero no deja que sus lágrimas salgan.

- Franco... necesito que me digas todo lo que sabes.

- Lo haré, de todos modos... ya no tengo nada que perder... - se toma su tiempo para encontrar las palabras correctas.

Todo comenzó cuando entré a la preparatoria, conocí a Lucas, después él me presento a Silver y Cristian. Al principio todo iba bien, éramos grandes amigos, salíamos al arcade o íbamos al centro comercial solo a pasear.
Después a Cristian se le ocurrió una idea, quería hacer drogas y venderlas, él no quería trabajar para nadie, quería ser su propio jefe pero quería que trabajáramos gratis para él.

- Somos amigos, es una gran idea, ¡generaremos millones!- nos dijo a todos. Estábamos en la cabaña una de las muchas casas de Silver, eran vacaciones y pensamos que sería una gran idea.

- Muy apenas sabes cuanto es dos por dos, Cristian.- dijo Silver.

- Buen punto. Pero, tú eres genial en química, con algo de investigación podemos averiguar cómo crearlas.

- ¿Ah si? Yo no estaría seguro de eso, mi papá caga dinero, pero yo no. Los materiales no son baratos y si hago algo no quiero que sea una porquería.

- Podemos pedirle un préstamo a tu padre y al mío.-Lucas estaba callado, desde que se mencionó se notó la incomodidad en él.

- A mi déjenme fuera de esto.- dijo, estaba a punto de marcharse a su habitación, a la siguiente mañana volveríamos a casa.

- ¿Qué?

- Lo que escuchaste, no pienso ayudarlos, ni participar, no quiero estar dentro de nada que tenga que ver con la venta de drogas. A diferencia de ustedes, ni mis padres, ni hermana cagan dinero, a mi si me importan ellos y no pienso arriesgarlos.-dijo, se noto que a Cristian le molesto su comentario.

- Pero... somos tus amigos, ¿por qué no?- dijo Silver.

- Seguiremos siendo amigos si eso quieren, los apoyaría si fuera alguna venta de otro tipo. ¡Podemos ser empresarios de diferentes maneras!

- ¡Ni loco! Tenemos todo al alcance de nuestras manos.

- Bien, entonces... buena suerte.- Lucas se fue de ahí, ¡por Dios, juro que yo quería ir tras él! Era una idea absurda, pero en esos momentos parecía divertido. Lo miré hasta que desapareció por la puerta.

- ¿Qué?, ¿Tú también piensas dejarnos?- me dijo Cristian, yo negué con mi cabeza. No debí hacerlo.

Pasó el tiempo, ellos consiguieron el dinero y los materiales para hacer sus drogas, al principio usaron el laboratorio de la escuela, después los descubrieron.
Siguieron haciéndolo en el sótano de la casa de Silver, después consiguieron dinero suficiente para rentar un lugar. Si se pregunta qué papel jugué yo en todo esto... solo dire que lo mío siempre ha sido la contabilidad, Cristian era el que más dinero recibía de nosotros dos, porque el había sido el de la idea, y bueno... como los bonitos perros falderos que somos, nunca nos opusimos.
Todo seguía casi con normalidad, Lucas estaba al tanto de lo que hacíamos pero no le importaba, mientras no lo metiéramos. Continuamos yendo al arcade, al centro comercial, a la plaza, etcétera. Casi nunca tocábamos el tema de nuestras ventas con Lucas, en primera, por miedo a que revelara información y segunda, por qué el lo había pedido, se fastidiaba cuando comenzábamos a hablar sobre eso.

Hace unas cuantas semanas, Lucas se cansó de nosotros... o algo así. En una fiesta en casa de Silver, él entró a la habitación de él y robo las recetas. Cuando descubrimos que no estaban nunca sospechamos de Lucas, ¡el era nuestro amigo! Y no le importaba lo que hiciéramos, o eso pensábamos.
Supimos que el las tenía por una investigación y su actitud extraña, se ponía nervioso cuando nos acercábamos a él, como si nos escondiera algo.

- ¿Por qué se aleja de nosotros?- preguntaba Cristian.

- Ese maldito nos oculta algo, puedo sentirlo- dijo Silver

- Oye, tú casa tiene cámaras de seguridad ¿no?

- Si, así es, pero todo está conectado a la oficina de mi papá, en su empresa.

- ¿Y por qué no vamos?

- ¡¿Estás loco?! El no sabe que en su ausencia hice una fiesta. Y evidentemente menos que yo fabrico drogas, además, no me dejará verlas. El también ha de tener sus secretos.

- Podemos decirle a Amiled que nos ayude.- La mamá de Amiled era la secretaria del señor Cas, la conocimos porque va en nuestra escuela, aunque es dos años menor que nosotros.

- Esa tipa va a querer algo a cambio, estoy seguro.

- Pues se lo damos y ya, es más importante recuperar nuestra receta.

Y así fue, le pidieron ayuda a Amiled, le dieron todos los detalles de lo que querían recuperar y ella a cambio pidió que le vendiéramos. Había dos planes, el A consistía en que Amiled sustituyera a su mamá en el trabajo y después entrara a la oficina y robara el video mientras que el Be trataba de que ella distrajera a su mamá mientras los chicos entraban a la oficina del señor Cas.
Optaron por la opción Be, ¿cual fue mi puesto en el plan? Simple, yo tenía que conducir. Me aterraba el simple hecho de pensar en robar ¡y más si se trataba del padre de uno de mis amigos! ¿Como iba a ver a la cara al señor Cas si lo hacía? No pude, así que preferí esperar y conducir.
Ese día nos preparamos por completo, vimos al señor Cas salir del edificio y fue cuando se pusieron en marcha, se tardaron aproximadamente treinta minutos pues la empresa es enorme, como de siete pisos. Cuando volvieron traían una USB con la copia del video y la cinta del mismo, por si las dudas.
Volvimos a casa de Silver y ahí fue cuando nos dimos cuenta de que había sido Lucas, yo sinceramente estaba sorprendido, Silver se quedó callado y Cristian estaba... furioso, comenzó a patear todo lo que se encontraba alrededor suyo, sin importarle que no eran sus pertenencias, comenzó a maldecir y se puso rojo de la ira. Es alguien de temer.
Lo enfrentaron en la escuela y Lucas no negó nada, dijo que era por nuestro bien, que algún día nos atraparían y que era mejor alejarnos mientras pudiéramos, pero Cristian hacía caso omiso a sus palabras, llegó a golpearlo varias veces, lo amarraba en una silla y le colocaba una toalla húmeda para que no le quedaran marcas de los golpes. Pero aún así no consiguió sacarle nada de información.
Yo no estaba presente mientras él hacía esas atrocidades, Silver me contaba todo lo que pasaba, y yo, como el cobarde que soy, me quede callado.

Días antes de su desaparición tuvieron una pelea en la escuela, aunque creo por su expresión que ya lo sabe. Silver le pedía casi a ruego que les devolviera la USB o si no lo iban a hacer a la mala, Laris se metió a defender a su hermano, ella puede ser pequeña pero también peligrosa, te fulmina con la mirada y hace que te quieras arrepentir hasta de haber nacido. Solo así fue como nos alejamos de él, después, el día de su desaparición estuvimos con el un rato en la entrada, después de ahí ya no lo vimos, o bueno, por lo menos yo no.

- ¿Eso es todo lo que ha pasado?- le pregunto al chico.

- Si

- Bien, Franco Medellin, quedas arrestado por ser cómplice en la venta de drogas ilegales, tienes derecho a permanecer callado, todo lo que digas puede y será utilizado en tu contra ante un tribunal de justicia.- dicho esto, cierro las esposas en sus muñecas y salimos de la habitación.

Tengo que decirle a Leah y Edda, ¿donde diablos están?

No es un crimen si no hay un cuerpoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora