Estoy tomando mi descanso de la tarde en mi habitación cuando Oberscharführer Mussfeld abre la puerta y entra empujando a tres hombres desconocidos vestidos de prisión delante de él. Me informa que estoy recibiendo nuevos colegas del Dr. Mengele y, extendiendo un brazo hacia ellos, echa una mirada compasiva a los desafortunados.
Los pobres muchachos son una vista lamentable mientras permanecen allí con su ropa de prisioneros sucios, en un silencio nacido de un entumecimiento mortal, abrumado por la novedad del medio ambiente. Ellos también se dieron cuenta de inmediato de la desesperación de su situación al pasar por la puerta del edificio.
Les extiendo una mano amiga; nos presentamos El primero cuya mano estrecho es el Dr. Görög Dénes, profesor universitario privado y patólogo en el Hospital Público Estatal de Szombathely. Es un hombre bajo y delgado de unos cuarenta y cinco años que usa gafas gruesas. Me deja una buena impresión. Tengo la sensación de que seremos buenos amigos. El segundo es un individuo bajo y fornido de unos cincuenta años de edad, con la espalda encorvada y una cara muy fea. Es Fischer Adolf, asistente de autopsia deaños durante veinte años en el Instituto de Anatomía de Praga. Como judío checo, ha sido un recluso del KZ durante cinco años. El tercero es el Dr. Körner Józef, médico de Niza, preso del KZ desde hace cuatro años. Un joven taciturno pero calificado, solo tiene treinta y dos años.
Con el fin de facilitar la rápida finalización del trabajo ampliado, el Dr. Mengele los sacó del sucio cuartel del campo "D" y me los envió como asistentes para la realización del número cada vez mayor de autopsias. Seguiré siendo el líder responsable del trabajo de investigación en el futuro, solo la preparación de correspondencia, archivos y protocolos de autopsia será mi tarea principal de ahora en adelante. Los dos médicos ayudarán con las autopsias, y el asistente de la autopsia, de acuerdo con su llamado, preparará los cadáveres. Cortará el cráneo, extraerá los órganos individuales y los preparará para su examen. Después de la autopsia, eliminará el cadáver. Mantendrá la sala de disección y el laboratorio en orden. Parece que obtuve algunos asistentes considerables para mi trabajo, lo que significa un gran alivio para mí. ¡Solo hay un problema! ¡Por orden expresa del Dr. Mengele, también tengo que compartir mi habitación con los tres!
El cambio trae consigo numerosas desventajas de todo tipo. Con cuatro personas, la sala anteriormente espaciosa se llena. Significa la rendición de la mayoría de mis comodidades, pero sin lugar a dudas también hay ventajas en la nueva situación. Después de todo, estamos compartiendo, seres sociales, en este caso, compartiendo la desgracia.
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AUSCHWITZ, a doctor's eyewitness account
Non-FictionHistoria real. Yo solo la traduzco para que se culturicen. Lo descrito acá es fuerte. No apta para personas sensibles. Fui patólogo forense del Dr. Mengele (alias Angel de la muerte) en el crematorio de Auschwitz Libro del autor Dr. Miklós Nyiszli...