Oxzorm a la distancia

8 2 0
                                    

A gran velocidad, Galwin y Aland comenzaron a entrar a la zona boscosa en un intento por escapar de Bronson y sus hombres, quienes a distancia podían ver cómo la capa del protector del hijo de Everard se sacudía con fuerza mientras se dirigía hacia a aquellos árboles.

Sin tener éxito, el arquero que acompañaba a Bronson realizó dos disparos más los cuales afortunadamente no dieron en el blanco manteniendo así en alerta a Galwin, cuando lograron entrar esa área boscosa, comenzaron a zigzaguear esquivando los troncos que se interponían en su camino, tras ellos, la compañía de Bronson hacía lo mismo presionando a sus caballos duramente para poder alcanzar a Galwin y Aland.

Galwin sabía que el peso excedente por las armas que transportaba en el atado y los pocos kilos que aportaba Aland, harían que su escape no fuese el deseado ya que quienes los perseguían se acercaban cada vez más y más.

Cubriéndose con los árboles que se interponían entre la compañía de Bronson y ellos, Galwin decidió arrojar aquel atado con las armas que traía consigo con la intención de aligerar el peso y obtener un poco más de velocidad, Alan, al darse cuenta de ello confundido le preguntó:

— ¿Por qué tiraste las armas, como nos vamos a defender?

— ¡Aland, Nos están alcanzando!, ¡Vamos muy pesados!

Preocupado el joven preguntó: — ¡Pero...! ¿Si nos alcanzan?

— ¡Perdóname Aland! — Le dijo Galwin.

Sin entender lo que dijo el guerrero, el pequeño preguntó: — ¿Por qué?

Al pasar cerca de un frondoso arbusto de ramas delgadas y sin decir nada Galwin arrojó fuera del caballo al pequeño Aland haciéndolo caer en aquel arbusto; Bronson y sus soldados no se dieron cuenta que Galwin se había deshecho del niño por lo que éstos continuaron persiguiéndolo, al darse cuenta de que su plan había funcionado hasta ese momento, el guerrero de Percival decidió dar la vuelta y atacar a Bronson y a su compañía.

Galwin emprendió la carrera en su caballo como si se tratase de una justa en donde se encontraría frente a frente con su oponente para derribarlo pero, en lugar de usar las típicas lanzas de madera ambos jinetes se atacarían usando sus afiladas espadas hasta la muerte, al estar demasiado cerca Galwin derribó al primer soldado de cinco haciendo que su cuerpo inerte cayera al suelo y que su caballo siguiera sin su jinete.

Al acabar con el primero, el protector de Aland giró con su caballo saliéndose de la línea de ataque de su segundo soldado quien comenzó a perseguirlo, al darse cuenta Galwin bajó de su caballo de un salto y rodó por el suelo logrando quedar casi completamente agachado, mientras el segundo soldado se acercaba en su caballo, Galwin se movió un poco a un lado para así poder cortar las patas del caballo con su espada a una mano, el afilado acero de su florete cercenó las extremidades del equino logrando derribar al segundo soldado y una vez en el suelo, Galwin le enterró su espada en el pecho eliminando así a su segundo objetivo.

Mientras tanto, Aland se recuperó y corrió en busca del atado con las armas que habían soltado metros atrás, cuando lo encontró, lo tomó y se escondió para que aquellos quienes los perseguían no las encontrasen.

En el momento justo que Galwin sacó su espada manchada con la sangre del soldado, Bronson y los dos soldados restantes arribaron en sus caballos al lugar y una vez que estuvieron frente a Galwin, en un empoderado acto ofensivo los soldados desmontaron sus caballos e iniciaron una batalla por someter al guerrero, la lucha entre ellos provocó que los animales se fueran de allí por temor a ser lastimados; Viéndose superado en número de tres a uno, lo único que Galwin podía hacer era defenderse ya que los dos soldados y su coronel lo atacaban sin descanso hasta que, repentinamente el caballo que el herrero le había prestado se aproximó galopando y Galwin vio la oportunidad de escapar de allí sujetándose de la vestimenta de éste mientras el equino pasaba cerca de la pelea, en un momento de suerte, Galwin logró subir a éste y una vez arriba emprendió la huida en busca de Aland a quien lo había arrojado metros atrás.

La Espada NegraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora