Su alma... ligera, traviesa.

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Capítulo 36. – Su alma... ligera, traviesa.


Tenía que contárselo a Jun. Ya no podría seguirlo ayudando y tenía que saberlo. Esa misma tarde, se decidió a explicárselo. Jun lo escuchó. Con el espanto de sentirse culpable. La habitación que compartían pareció reducirse hasta asfixiarlos, cuando Hong Ki terminó de hablar. Inesperadamente, Jun cayó de rodillas ante él. – Lo siento... lo siento tanto, Yadiel... Si yo no te hubiera arrastrado conmigo, quizás ahora estarías en otro sitio, en tu nube favorita, no aquí, a mi lado, perdiendo tu lugar en el cielo.


El llanto de su amigo le traspasó el corazón. Se sentó a su lado abrazándolo, hablando con calma. – Ya no soy Yadiel ¿no recuerdas? Pero siendo Hong Ki, estoy bien. – Sonrió con tristeza al recordar, al contrario del pequeño Noah, él tenía sus recuerdos muy claros. - ¿Cómo puedes sentirte culpable? ¿Cómo puedes hacerlo? Si tú no tienes culpa de nada. Fui yo quién derramó "La Renuncia", por ello recordaste a tu alma gemela, aun siendo serafín. Por eso me enviaron contigo, era nuestra misión. Mi misión en realidad. Ayudarte a encontrar a tu alma gemela., pero no pude llevarla a cabo. Fui yo quien decidió amar a Kyu Jong. Fui yo quien decidió estar con él en todas las formas posibles. Tú no interviniste en nada. Fue mi error, todo esto ha sido mi error.


El suave llanto de Jun no cesaba. Hong Ki entendió que tardaría un tiempo en asimilarlo. - Ya no serás un arcángel, ¿quién cuidará de mí?


- Lo seré. Haré todo lo posible para obtener el perdón divino. – Lo decía con tal convicción, que por un momento, Jun se tranquilizó.


- Pero ¿y Kyu?


- No debe ser malo. No puede serlo. Me niego a aceptar que amar a Kyu Jong sea algo perverso. Espero que Anahuel lo comprenda.


- Pero ¿si no es así?


- Seré bueno como ser humano, trataré de hacer lo correcto. No voy a dejarme vencer, Jun. Estoy seguro que Lauviah no lo haría.


Su arcángel favorito. Entre brumas Hyung Jun lo recordaba. Y le pareció que Hong Ki estaba tan distinto. Alrededor de su dulzura ahora había una fortaleza que antes no le conocía. El torpe y dulce querubín Yadiel parecía transformarse, pero Jun no sabía si eso era bueno. – Entonces, si tú lo crees yo lo creeré, pero, Kiki ¿seguro estarás bien?


- Lo estaré. Sólo espero que tu objetivo se cumpla y logres encontrar lo que viniste a buscar.


En el rostro de Jun apareció una seriedad poco común en él. – Jung Min quiere serlo. Quiere ser mi alma gemela.


Hong Ki abrió los ojos en amplitud. Eso realmente era bastante inesperado. - ¿Jung Min? Pero si siempre te molestó.


Un rubor. La mirada baja. – Lo sé, pero algo pasa con él. No sé si sea mi alma gemela, pero también me gustaría que lo fuera.


Hong Ki revolvió su cabello. – Entonces inténtelo, no sé qué tan válido sea eso, pero ya estando aquí, algo debemos probar. No debemos darnos por vencidos.

"El Error"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora