Descorriendo velos.

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Capítulo 50. – Descorriendo velos.


- ¿Kiki? – La voz de Kyu Jong pulsó temblorosa, ahogada. Sobresaltado, se dio la vuelta para encontrarse con sus asombrados ojos. Por dios, había olvidado que Kyu iba a su lado. Abrió la boca, sin tener idea de cómo explicarse, cuando unos aplausos sonaron a su espalda, y una voz que helaba la sangre, se escuchó.


- ¡Bravo, Lutock! ¡Maravilloso final para este acto!


Protector, cubrió a Kyu Jong con su cuerpo. Sus ojos de ángel se dirigieron a aquel monstruo que emergía de las sombras y ahora presumía una siniestra forma humana: Mormo. Feroces risitas empezaron a escucharse, y de alguna parte surgieron tres figuras. Por muy despistado que hubiera sido como querubín, los reconocía a la perfección: Acham, Aluca, Lilith.

- Y al final de todo, salvas dos almas humanas.


Mormo. Ese demonio proveniente de siglos de oscuridad, ¿qué hacía en ese sitio? Su corazón humano, el corazón de Hong Ki, estuvo a punto de explotar de miedo.


Aquellos demonios, no tendrían piedad.


Pero... ¿Lutock?


Trató de contener sus temores y desvió la mirada a donde aquél ser de los infiernos se dirigía con burla. Saeng... ¿Young Saeng? Pálido como la muerte y con los labios temblorosos.


- Vete. – Movió los labios dándole la orden a Kyu Jong. Lo empujó hacia atrás y avanzó con sigilo. Aquellos seres iban por su amigo y no comprendía el porqué.


- ¿Te unirás a la fiesta, Yadiel? - Por supuesto. Ese demonio podía presentirlo. Sus pies vacilaron. - ¿Y qué me dices del serafín Noah? ¿Se unirá también? - ¿Dónde estaba Umabel? ¿Dónde Anahuel? Pensó desesperado. No estaban ahí. - ¿Y tus queridos humanos?


Si alguien tenía que hacer frente a esos demonios, ese sin duda era él. - Deja que Young Saeng y los demás se vayan. Noah ya no es de los cielos, ahora pertenece a la Tierra.


Mormo se giró para mirarlo de frente. Una risa siniestra lo sacudió por completo. - ¿Young Saeng, dices? ¿Ese dulce amigo a quién concediste tu don de ángel? – Otra risotada más voraz, más siniestra, acompañado de la burla de los otros tres demonios. La risa paró de pronto y los ojos de Mormo llamearon. - ¡Oh, pobre querubín! ¿Jamás te diste cuenta? – Señaló a Young Saeng bramando divertido. - ¿Tan estúpido eres, Yadiel? ¡Lo que hiciste fue sanar a un demonio!


Hong Ki, Yadiel, perdió el equilibrio ante el impacto de la noticia y trastabilló hacia atrás. Sintió dos manos en sus hombros y se dio cuenta que era Hyung Jun, quien, con el pecho agitado de miedo, miraba hacia Young Saeng.


***


Antes de verlo lo presintió como una ola de pánico. Cubriendo a Jung Min con su cuerpo, notó cuando aquella figura se fue acercando a Young Saeng. Notó la palidez del chico. Notó el temblor de su cuerpo. La conciencia divina, esa que dejó por bajar a la tierra, vibró de nuevo en una parte de él. Ese ser era un demonio.

"El Error"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora