La mañana siguiente amanece nublada, aunque Agoney no ha dormido en toda la noche. Aún tiene esa sensación que le oprime el pecho. Aún siguen presentes las ganas incontrolables de vomitar, aunque ya no hay nada.
Se levanta como puede, y se dirige a la cocina a por un vaso de agua. Le tiemblan las manos. Y opta por acostarse en el sofá. Su cabeza sigue gritando.
Escucha su móvil sonar en su habitación. No quiere hablar con nadie. Ni siquiera si se trata de su madre.
Una llamada más. Y a esa le siguen otras tres. Lo mismo ha pasado algo.
Se incorpora en el sofá y se dirige a su habitación. No se molesta en levantar las persianas. Se sienta en la cama y busca su móvil. Lo encuentra entre la ropa de la noche anterior. En la pantalla hay 5 llamadas perdidas de Miriam, el resto, son de su madre.
—Cariño, ¿cómo estás? —la voz de su madre suena preocupada del otro lado de la línea cuando la llama.
—Estoy bien —su voz suena ronca por el vomito y el llanto.
—Miriam me ha escrito —dice y hace una breve pausa. —¿Qué pasó?
Su corazón se acelera cuando escucha el nombre de su amiga. La gallega desconoce la situación.
—¿Miriam? —pregunta.
—Me dijo que un amigo tuyo le habló diciéndole que estaba preocupado por ti, que no sabía por qué de repente le tratabas tan mal —Agoney cierra los ojos, necesita calmarse. —¿Me vas a contar qué pasó o tengo que adivinarlo yo sola?
Su respuesta tarda mucho en llegar. No quiere hablar del tema.
—Estoy bien, mamá. Gracias por llamar.
Y cuelga la llamada.
Deja el móvil debajo de los cojines de su cama, en silencio. Y vuelve al sofá. Otra vez la sensación que le oprime el pecho. Le cuesta respirar.
Y le cabrea que Raoul le haya escrito a Miriam, que haya sido capaz de contarle lo que le dijo por mensajes. No sabe qué explicaciones dará cuando ya se encuentre bien, cuando tenga que volver a pisar la biblioteca o la propia universidad.
Le da miedo que a raíz de eso, Miriam también se aleje de él. No se lo perdonaría.
[🕊]
Cuando ya está más tranquilo, decide volver a su habitación. Aún no quiere hablar con nadie, pero le debe una explicación a su madre. Lo mismo le viene bien soltar todo lo que lleva callando desde hace semanas.—¿Ya te encuentras mejor? —es lo primero que le pregunta cuando contesta.
—No del todo, pero quiero explicarte lo que pasó —dice y se tumba en la cama.
—Te escucho.
Tarda unos segundos en aclarar sus ideas. No quiere acabar llorando otra vez.
—Estoy volviendo a tener pesadillas. Cada vez son más frecuentes y reales, y ya no sé qué hacer. Me da miedo volver a ese maldito bucle —dice y hace una pausa. —Hace unos días conocí a un chico en la estación del metro, y desde entonces, coincidimos siempre porque va a cantar allí. Quedamos y todo fue bastante bien, pero comenzaron las preguntas y me agobié. Ya sabes lo que pasa cuando eso sucede.
—Lo sé, pero no puedes alejar a todo el mundo de tu vida. No va a servirte de nada porque acabarás haciéndote daño a ti mismo. Y quizás hasta te viene bien contarle a alguien todo lo que pasó hace unos años. Liberarte de esa sensación.
—No quiero volver a recordarlo. Aún me duele, mamá. Y no es tan fácil contarlo cuando vivo con el puto miedo a que se den cuenta de que estoy roto por dentro, que ya no funciono igual que antes.
—Claro que funcionas igual que antes, cariño. Simplemente necesitas contarlo. Y si no es a ese chico, al menos cuéntaselo a Miriam. Está muy preocupada por ti.
—No quiero hablar más del tema. Te llamo mañana.
La llamada finaliza.
Cierra los ojos e intenta controlar las ganas de vomitar.
No va a contárselo a nadie. Sabe lo que va a pasar si lo cuenta, lo que va a suponer para él.
No quiere seguir quemándose vivo con recuerdos. Y si no lo cuenta, al menos puede seguir fingiendo que no ha pasado, que no le duele cada parte de su cuerpo cuando lo piensa.
El miedo le mantiene cuerdo. Aunque a su vez, sea un maldito bucle del que no consigue salir.
Nota de la autora:
Pues aquí tenéis el capítulo. Quizás no es lo que os esperabais, pero tampoco pretendáis que se acerque tan rápido a Raoul cuando las cosas no son tan fáciles.Nos leemos el domingo, cuidaos mucho 💛
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el chico del metro| ragoney
Fanfiction22:00 p.m. Último metro. Miradas cómplices. Y quedarse con las ganas.