3 años habían pasado desde que no sabía nada de Raoul. Después de aquel mensaje sincero y con prisas no le había contestado. En parte lo entendía. Aunque muy en el fondo le hubiese gustado recibir una respuesta.
Durante ese tiempo Agoney se dedicó a ir a la psicóloga, y después de noches en vela y ganas de rendirse más pronto de lo que él hubiese imaginado, logró, en parte, superar el trauma. Aunque aún habían noches en las que le recordaba.
Una tarde de verano, por culpa de 4 cervezas y el impulso repentino, se sentó delante del piano. No tenía intención de componer. Hacia tiempo que no lo hacía, aunque para su sorpresa había conseguido terminar a tragos. Comenzó a tocar melodías sueltas. Y sin quererlo surgió la letra. Quizás incluso se abrió más en canal que nunca. Lloró escribiéndola. Y volvió a reconstruirse para poder terminarla. Tras horas frente al piano, la canción estaba acabada. Edén era su liberación.
Y a raíz de eso, de la calma que sintió cuando la cantó una vez terminada, se atrevió a escribirle a Raoul después de 3 años. Le temblaban las manos y el corazón parecía que se le iba a salir del pecho en cualquier momento. Quizás no era la mejor opción, pero había pasado el tiempo y ambos se merecían una conversación para arreglar los errores del pasado. Buscó su nombre entre sus contactos, y cuando lo encontró, las palabras dejaron de tener sentido en su cabeza. No sabía qué decirle.
Aún así, con las ideas desordenadas, comenzó a escribir lo que sería el principio o el final de una conversación que tendrían que haber tenido hace años.
Agoney: Sé que hace 3 años que no nos hablamos, que me comporté como un gilipollas contigo, pero me gustaría que quedásemos y habláramos las cosas. Creo que ambos nos merecemos una conversación. La última vez que te escribí te comenté que iba a sanarme, y lo hice. Aún hay noches que lo recuerdo y siento que nada de esto valió la pena, pero por suerte son pocas las noches que sueño con él y aprendí a no dejar que vuelva a hundirme de nuevo. Creo que por fin puedo decir que soy libre. Si al final lees esto y decides quedar conmigo, te espero en mi piso a las 19:00.
Envió el mensaje tras releerlo varias veces. No pasaron ni 10 minutos cuando salió que lo había leído. Su corazón se saltó un latido. Aunque no recibió ninguna respuesta.
[🕊]
Las 19:00 marcaba el reloj que tenía colgado en la pared. Y siguieron pasando los minutos. A estas alturas ya se había comenzado a agobiar. Quizás Raoul no iba a aparecer. Y quería entenderlo, pero le dolía saber que esa conversación no iba a llegar nunca. Que no volvería a verle una última vez más.A las 20:00, mientras fuera se desataba la típica tormenta de verano, Agoney recibió un mensaje. No cabía duda de quién era. Aunque no estaba seguro de querer leerlo, se obligó a sí mismo a hacerlo.
Raoul: Te prometo que lo intenté, pero los recuerdos vuelven a mí como si nada. Me hiciste mucho daño, Agoney, y aunque me gustaría decir que ya te he olvidado, que aún no me duele, te estaría mintiendo. Todavía no estoy preparado para verte, y mucho menos para hablar contigo. Quizás es un poco inmaduro de mi parte porque han pasado ya 3 años, pero esto me está costando más de lo que hubiese imaginado nunca. Algún día volveremos a vernos y hablaremos del daño que nos hicimos. Espero que seas muy feliz.
Agoney terminó de leer el mensaje con un nudo en la garganta. Ni siquiera reprimió las lágrimas que amenazaban con salir. Se sentía una mierda de persona. Raoul no se merecía aquello. Tampoco le escribió una respuesta de vuelta. Al fin y al cabo, el rubio estaba en todo su derecho de no querer verle. Aunque le dolió más que nada saber que probablemente no volverían a verse.
Y es que el destino había sido un capullo con él por ponerle en su camino. Porque a pesar de creer que se conocían de siempre, no estaban destinados a estar juntos.
Aunque quién sabe. Lo mismo es cuestión de tiempo.
Nota de la autora:
Pues oficialmente la historia está acabada. Sé que quizás no os imaginabais que terminara así, pero tampoco quería que fuese el típico final bonito de siempre porque al fin y al cabo esto en la vida real no hubiese pasado, así que quería que fuese un poco más realista, que los personajes crecieran emocionalmente y no fuese todo tan fácil. A lo mejor os quedan dudas, saber si volverán a verse o si finalmente tendrán la conversación que merecían tener, y lo mismo me pienso el hacer una segunda parte o subiros un capítulo especial o algo de eso. No sé si os gustaría, pero si os parece bien, puedo ponerme a trabajar en ello.Gracias por leerme y por la acogida que le habéis dado a la historia. Y de paso, aprovecho y os digo que en mi perfil tenéis otra que hice hace unos meses, por si queréis leerla.
Nos leemos muy pronto 💖.
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el chico del metro| ragoney
Fanfiction22:00 p.m. Último metro. Miradas cómplices. Y quedarse con las ganas.