La odisea de la adolescencia e infancia es problemática más cuando un gordo de melena castaña se trae algo entre manos. Si, de nuevo.
🌸Omega/beta/alfa ¡au!
🌸Creek/ menciones de otras parejas
🌸Anteriormente titulada "Alfa"
🌸Homosexual/yaoi
🌸Er...
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Clyde lo mantenía aprisionado con sus brazos sin dejar de repetir que ahí estaba. Su mirada no tenía brillo alguno y la supuesta ayuda no hacía presencia más que por el sonido lejano de las alarmas de los vehículos policiales. Tenía miedo, sobre todo porque el tiempo estaba corriendo y las posibilidades de ayudar a su amado se iban achicando cada vez más.
La sangre los cubría a ambos pero él ya no sabía de donde provenía; si de su pierna, de Tweek o Clyde. No tenía ningún arma, debió haberla pedido antes de bajar pero se apresuraron. Claro, en su remotas ideas pensaron que el otro que estaría abajo sería Clyde siendo que este se suponía que estaría en otro lugar cumpliendo su castigo bajo el mando del gordo.
— Pensarás porque nadie te ayuda, pe-pero mate a Kenny y Butters... Craig — Sonreía Clyde. Diciéndole aquello como si fuera un gran logro o le hubiera salvado su vida. Su mirada estaba perdida pero apuntaba a él, no solo con sus ojos, sino también con el filo de una hacha. — Es hermosa, ¿no? Le puse Craig. — Agregó en un estado turbado.
Craig podía reconocerlo, recordaba las clases de psicología dadas en la facultad de criminología a la que había ido. Debía hallar alguna manera para tratar con el, porque ese no era aquel chico inseguro y blando que había conocido hace años, ni el chico que era celoso pero amable con todos cada vez que entraba en confianza. Aquel sujeto en frente de él solo era un reflejo oscuro de su inconsciente, en una especie de trance. Clyde solo lo estaba "salvando" porque sentía que debía llevarlo a casa y su casa era con el, con quien se suponía que debía quedarse y formar una familia. Clyde se aferraba con todo lo que le quedaba de cordura a creer que había una esperanza mínima a tener una vida normal, pero él no estaba bien.
— Es un lindo nombre... — Dijo como pudo. Sabía que debía correr, porque de esa forma él tampoco saldría herido. Tomo de los hombros firmemente al omega y lo miro. — Clyde, esto no es correcto. Tu no eres así...
— ¿Como? — Recibió una risa en respuesta. Mientras el castaño tomaba entre sus manos su rostro— ¿Estoy mal? — Inquirió, luego de dejar su arma a un costado.
— Si, yo sé que estás arrepentido, que no querías que las cosas fueran así. Por favor, Clyde. Podemos charlarlo mejor, pero debes... Debes dejarme irme ahora...
— ¡No! — Exclamó Clyde con una expresión sumida en desesperación. Aferrándose a él nuevamente. — T-te vas a ir con el. No quiero, no quiero, no quiero. No me dejes.
— No te voy a dejar. Te ayudaré, pero de-debo auxiliar a Tweek también sino fallecerá. No quieres eso ¿no? El Clyde que conozco no lo querría. — Le sonrió. Como si quisiera entender, el castaño miro el cuerpo tirado de Tweek. La única forma que hallaba de volver con vida, en esos momentos, era hablando.
