Ocho meses después.
A menos de dos meses de terminar el colegio, los pasillos de la preparatoria están repletos de futuros universitarios impacientes por iniciar la siguiente etapa.
Muchos deportistas ya tienen universidad asegurada; su preocupación es saber qué tanto porcentaje de beca recibirán. Quienes somos estudiantes promedio, estamos a la expectativa de los resultados de las distintas universidades a las que aplicamos. Muchos insisten en que ingresar a universidades privadas es más sencillo que a las públicas.
Podría ser en algunos casos, pero cuando se trata de las universidades más prestigiosas, no importa si es privada o pública, para ser aceptado, hay que esforzarse.
Dejando de lado el tema de los estudios, está la realidad de que muchos compañeros no podrán salir de este pueblo llamado Velaria. Algunos, al graduarse, iniciarán la vida laboral en el negocio de sus padres que antes de pertenecer a ellos perteneció a sus padres. Otros buscarán trabajo en uno de los múltiples negocios de este lugar, empezarán desde abajo para después ir escalando hasta que junten lo suficiente como para salir de este pueblo.
Al final todo termina igual, nuestros caminos se separarán.
Los pasillos dan un espectáculo de lo más variado. Observo a Ana Laura, la chica rica y popular más codiciada del año, le fue infiel a Fabrizio Dolce, el capitán del equipo de fútbol, con un universitario.
La chica pasa junto a los futbolistas, le echa un rápido vistazo a Fabrizio quien apenas repara en su presencia. Cuando se hizo pública la infidelidad fue toda una sorpresa, muchos creíamos que terminarían casándose. Vistos desde lejos, parecían una pareja estable, casi como amor verdadero. Los rumores volaron, algunos dijeron que Ana Laura negó todo, que le pidió un millón de disculpas a Fabrizio, que le rogó que no la dejara, que ni siquiera le importó y aceptó la ruptura.
Al final, Fabrizio rompió con ella. Los únicos que saben realmente qué pasó, son ellos.
Por otro lado, Fabrizio lo superó, ahora que tiene un contrato con los Dorados Anteles, un equipo de soccer profesional que además le pagará la universidad, tiene otros asuntos en la cabeza.
Dos personas salen corriendo del salón por el que cruzo y casi me atropellan en el camino, el chico, David Romero, se voltea para pedirme perdón, pero en cuánto lo reconozco aparto la mirada y finjo que no pasó nada. Estela, la otra chica que salió, ni siquiera me mira, la prisa por llegar a tiempo a su entrenamiento de natación es mayor que la preocupación por ver con quien casi colisiona.
También son deportistas, pero la tienen un poco más difícil con la popularidad, lastimosamente la natación no tiene tanto reconocimiento como el soccer o el básquetbol.
Antes de llegar a las escaleras que me conducirán al pasillo de abajo, me encuentro a una chica bonita con una falda a cuadros y blusa blanca, Joelle. Aborda desesperadamente a un profesor que tiene toda la pinta de querer deshacerse de ella. Joelle es la capitana del equipo de matemáticas, fue subcampeona en la Olimpiada Matemática del año pasado y la campeona de este año. No acepta un 9.5 de calificación porque ella va por el 10. Los dejo pasar y suelto la respiración que no me di cuenta de que sostenía hasta que se han alejado.
Acomodo las correas de mi mochila y bajo las escaleras.
Recorro el camino hacia el patio trasero, para este momento está desierto, pues todos están en el estacionamiento charlando animados, despidiéndose de sus amigos o preparándose para las actividades extracurriculares.
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Cómo declararte a tu crush...sin morir en el intento
Teen FictionBrisa Galetto junto con sus compañeros de la preparatoria deciden, en su último año, hacer una cápsula del tiempo en la que guardarán algún objeto personal con el fin de que veinte años después, los alumnos de último año encuentren la cápsula y pued...