A quien me enseñó lo fácil que es caer en el amor y la puñalada de la desilusión.
¿Quién diría que llegamos a esto? Antes que nada, permíteme darte las buenas noches, días o tardes. Da igual, poco me importa a qué hora veas esto, ya no puedes reprocharme; si me juzgas, estaré tan lejos que me va a dar igual. Y eso es lo principal; que entiendas que has quedado fuera, ya no me afecta ver tu rostro, ya no me impresiona tu cultura, ya no me alegra pensar en tu sonrisa. Lo que diga hoy, créeme, se ha enterrado en el olvido.
No pienso mandar esta grabación a los cuatro, porque como bien sabes ahora que viste la introducción; cometí el error de enamorarme de cuatro personas que no valían la pena. Aún así, si acaso recibes el chisme completo, sé que al escuchar esto, no podrás evitar ponerte el saco. Sabrás que este video está dedicado a ti. ¡Hey, amigo! Esto no es una equivocación. Si recibiste esto es porque lo mereces.
Te voy a hacer una confesión, una incluso mayor que el declarar que alguna vez estuve enamorada de ti. Si alguno de los otros llega a escuchar esto, no se sientan mal; pero tú fuiste el primero en encender el sentimiento del amor, el más rápido, el más intenso, de quien terminé tan enamorada en tres días que ahora dudo que eso fuera lo que llaman amor.
Antes de que te convirtieras en el capitán de soccer, incluso antes de que te aceptaran en el equipo de fútbol americano, no eras más que un chico con sueños de grandeza. ¿Recuerdas cómo nos conocimos? La verdad lo dudo, pero yo tengo cada detalle impregnado en mi memoria.
Fue por la tarde de algún día lluvioso de abril. Estábamos llegando al final del primer año de preparatoria y resultó que coincidimos bajo el techo de la entrada a la escuela. Esperaba a mi madre quien tuvo un contratiempo con un caso y se quedó más tiempo en el bufete. Tal vez no me conocías de antes, pero yo sabía de tu existencia desde el primer día de clases. No es que fuera acosadora, es que me detuviste la puerta para entrar al auditorio durante la ceremonia de bienvenida. De entre todas las personas presentes en aquel lugar, fuiste tú quien fue lo suficientemente gentil como para sostener la puerta a una chica que cargaba una mochila pesada y que tenía ambas manos ocupadas por una sombrilla y un libro de Geografía. Te agradecí, tú solo sonreíste.
Y me desvié del punto. Volvamos a la tarde lluviosa en la cual yo esperaba a mi madre y tú te peleabas con el paraguas. Recuerdo haber dudado en hablarte, me daba pena y hasta la fecha sigo sin conocer la razón. Me aventuré a ayudarte a abrir el paraguas, aceptaste mi ayuda de buena gana. Tu mirada era apenada, pero también agradecida, no tienes idea de lo mucho que me esmeré por abrir la maldita sombrilla. Pero lo logré, lo logramos. Accediste a esperar a que mi madre llegara por mí. "Si me permites, quiero ser tu compañía en esta tarde lluviosa." Eras el chico culto, que utilizaba un lenguaje rebuscado quien además era tan respetuoso como un monje. Sin embargo, para ese entonces casi un año transcurría desde que entramos a la preparatoria. No te conocí al inicio, para el momento en que te conocí, ya eras alguien popular aunque no tanto como ahora, pues tu estrellato comenzaba a formarse.
Hago un paréntesis para felicitarte por tu futura entrada al fútbol profesional. No es spoiler, pues cuando veas este video seguramente ya habrás firmado un contrato con el equipo. No sé qué tan enterado estabas de esto al momento en que grabé el video, pero quiero que sepas que desde agosto sé que Los Dorados Anteles están muy interesados en tí; un representante presenció la final cuando terminábamos segundo año y le agradaste. Te seguirá durante todo el último año y en poco tiempo serás un jugador de fútbol estrella, joven y con mucho talento.Y sí, no sé si el error fue enamorarme de ti o conocerte en un mal momento, cuando tu carrera comenzaba. Pero de que hubo un error, lo hubo y toda la culpa es mía.
Antes de la llegada de mi madre dijiste que querías estudiar algo relacionado con las ciencias sociales, esa fue una razón por la que en primer año entraste al club de debates. Yo dije que estaba interesada en estudiar medicina, no esperaba que tu hermana estuviera en el primer año de medicina. Y se nos fue el tiempo charlando de ello; me pareciste tan culto, tan inteligente, ingenioso y carismático. No todo es color de rosa contigo, chico, déjame decirte que tu físico no es atractivo. Y perdona que te diga esto, pero puedo apostar un riñón a que si no fueras un jugador excepcional, nadie se fijaría en ti. Bueno, no seré tan dura, más bien no tendrías tu club de admiradoras.
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Cómo declararte a tu crush...sin morir en el intento
Teen FictionBrisa Galetto junto con sus compañeros de la preparatoria deciden, en su último año, hacer una cápsula del tiempo en la que guardarán algún objeto personal con el fin de que veinte años después, los alumnos de último año encuentren la cápsula y pued...