Hoy es sábado, pero no cualquier sábado, si no el día tan esperado por la mayoría de los estudiantes del último año de preparatoria. La gran graduación, el cierre de una etapa, la noche en que varios se meten en situaciones fuera de lo común, es la despedida, pero no hay que llorar o lamentarse, si la amistad o amor es verdadero y se trabaja, por mucha distancia que exista, perdurará.
Pero dentro de ese aire nostálgico también está el tono alegre y feliz, la emoción por las puertas que se abrirán y el futuro incierto, pero alucinante. Y esta noche es para celebrar, para pasarla bien con amigos, familia (mi hermano) y novio, claro, cuando sea hora de irnos al puente para "ponernos astrales" con alcohol barato. No me siento lo suficientemente bien como para embriagarme, aunque sé que habrá quien me cuide, pues el cansancio es más del que imaginé.
Demi fue lo suficientemente buena y paciente como para acceder a maquillarme para esconder las pronunciadas ojeras y resaltar el color canela de mi piel, porque no mentiré; me veía pálida, pero ahora, casi parezco yo. Mi vestido es color vino, corto, se supone que es de noche, muchas traen vestidos largos, brillantes; el mío no brilla, pero tiene un escote de adorno que, sin saber cómo, logra resaltar mi pecho. Además, estoy delgada, pero con este vestido se notan muy ligeras curvas. Y eso es ganancia.
Me miro al espejo y sonrío, no es una sonrisa genuina como la que se dibuja en mi rostro cuando veo a André, es una sonrisa pequeña, que sirve para darme ánimos y darle ánimos a Demi quien ha concluido el maravilloso trabajo de arreglarme. Me veo bien, me siento bien, es momento de afrontar la ceremonia.
―¿Ya? ―Chris se asoma por mi puerta―. Llegaremos tarde o algo.
Es imposible llegar tarde a una fiesta, la hora de llegada es para que no llegues a barrer, pero la fiesta dura hasta que el cuerpo aguante y jamás se llega tarde.
―Ya vamos ―Demi le hace un gesto con la mano para que se vaya―. Danos cinco minutos.
―Eso dijeron hace quince minutos.
Replica mi hermano un segundo antes de que Demi le cierre la puerta en la cara.
Ambas nos miramos, desde el espejo, miro su reflejo y ella el mío.
―Si logro pasar la lista de espera ―murmura sin apartar la mirada―, iremos a Mazca juntas. Esta noche no será la despedida, incluso podríamos compartir habitación.
Se nota tan alegre, emocionada, ilusionada, que tengo que apartar la mirada. No llores, niña sentimental, las lágrimas ya quedaron atrás.
Me volteo hacia ella, ahora la veo de frente, la tomo de los hombros y la abrazo con fuerza. Ella también lo hace y siento que hacia mucho tiempo debí hacer eso. Nunca fui muy sentimental, ni cariñosa; no tanto como en este momento me gustaría.
―Sé que entrarás, te aceptarán, te lo mereces.
André me manda un mensaje antes de que salgamos hacia el salón en donde se llevará a cabo la graduación. Hoy tuvo que quedarse en la pasantía, pues se tomó libre el día que me acompañó a la quimioterapia y lo tiene que reponer. Quedamos en que le marcaré para decirle a qué hora nos encontraremos en el puente.
Los invitados a esa exclusiva reunión de borrachera son pocos, Carlos porque Demi insistió en que debía ir, Estela, dos de natación, David (a quien me da tanta vergüenza ver de nuevo) y Fiona. Increíblemente, creo que me sentiré más a gusto con ellos que entre toda la masa de gente en la graduación.
Me incomoda que me vean, después de lo acontecido en el partido, me siento en la mira. Revisé mis redes sociales para analizar las consecuencias del video de Joelle, si ella quería que todos me odiaran, le salió lo contrario. Los mensajes de apoyo son varios, he subido casi a 80,000 seguidores y apuesto a que seguirán subiendo. Intenté eliminar mis redes sociales el día que Joelle subió su video, pero los sucesos se atravesaron y no pude, pero a partir de mañana, comenzaré de cero. No más Instagram, de Facebook lo meditaré.
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Cómo declararte a tu crush...sin morir en el intento
Teen FictionBrisa Galetto junto con sus compañeros de la preparatoria deciden, en su último año, hacer una cápsula del tiempo en la que guardarán algún objeto personal con el fin de que veinte años después, los alumnos de último año encuentren la cápsula y pued...