Capítulo 22

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Entramos al bar y vimos a nuestros padres. Ana estaba casi llorando mientras cantaba, mamá empinaba su copa como si no hubiese un mañana y nuestros padres se abrazaban y cantaban juntos.

-Ay por Dios- murmuré.

-Mejor vámonos- ofreció Alex y se dió media vuelta.

-No- dije y lo agarré del brazo-, vamos, va a ser divertido.

Nos acercamos a su mesa en silencio.

-Wendy, proba esto- me dijo mi madre y me pasó su copa.

Mi mamá borracha quería alcoholizarme, interesante.

-A ver- dije y le di un trago-. No está mal.

-Alex, anda a pedirte algo- lo animó su madre-. Ya tienes edad.

¿Qué les pasaba a nuestras madres esa noche?

-Está bien- aceptó Alex-. ¿Venís?- me preguntó.

-Claro- respondí.

Me apoyé en la barra y miré a Alex, se veía realmente atractivo esa noche. Pidió una bebida con un nombre bastante extraño y me miró.

-Y un daikiri de frutilla- ordenó y yo levanté una ceja-. Sí, es para vos- me dijo.

-¡Gracias!, ¿cómo sabías que me gusta?

No me gustaba el alcohol, pero no podía resistirme al daikiri de frutilla. De las bebidas esa era mi debilidad.

-Sé muchas cosas sobre ti, princesa- bromeó Alex.

-Dale, ¿cómo sabes?- insistí.

-Una vez hablaste de eso y todavía me acuerdo- me respondió.

***

Volvimos con nuestros padres y mamá me miró frunciendo el ceño, pero no dijo nada.

-Escuchen- nos llamó mi padre-. Hicimos este viaje por el cumpleaños de Alex y Wendy y todavía no brindamos por ellos.

-¡Tienes toda la razón!- exclamó Ana-. Por Alex y Wendy.

-Por Alex y Wendy- repitieron los adultos levantando sus bebidas.

-Por nosotros- dije y miré a Alex.

-Por nosotros- repitió él.

Los cristales chocaron entre sí y yo sonreí.

***

-Eu- me llamó Alex unos minutos después-. ¿Me decís dónde está el baño?

Lo miré sin entender, él sabía perfectamente donde estaba el baño.

-¿Qué?- le pregunté y él me sonrió provocativamente-. Te acompaño- le ofrecí.

-Bien- dijo y se levantó.

-Tendríamos que avisarles- dije y señalé a nuestros padres, ellos estaban más ebrios que sobrios y seguían admirando a la mujer que cantaba hacía veinte minutos.

-No se van a enterar, vamos- me ordenó él y empezó a caminar.

Me escabullí de la mesa y lo seguí. Ambos nos dirigimos al baño en silencio.

-¿Por qué querías que te mostrara el baño?- me giré para enfrentarlo y él me acorraló contra la pared.

-Según vos así se piden las cosas ahora- me recordó.

Miré a sus ojos y luego a sus labios.

-¿Vas a besarme o tengo que hacerlo yo?- me preguntó.

Tú me completasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora