Había pasado más de una semana desde que había descubierto la verdad de porqué vivíamos en casa de Alex, y también de porqué se había ido mi hermano. De verdad me había enojado al enterarme de esa forma, pero ya todo estaba bien. Mi padre tenía trabajo otra vez y Lucas había vuelto, bueno, no había vuelto a la casa, pero sí a nuestras vidas.
Tenía a mi familia completa de nuevo y me sentía muy afortunada por eso. También Alex y yo habíamos vuelto a hablar como gente civilizada y no a pelear como niños todo el tiempo.
Estaba muy feliz y llena de energía otra vez. Aunque también tenía mucho miedo de que todo se arruinara de nuevo.
Mi celular vibró sobre el escritorio. Lo levanté y ví otro mensaje de Simón, así que volví a dejarlo en su lugar sin responder. Había estado intentando contactarme toda la mañana, pero yo no quería hablarle.
Respecto a lo que Simón me había "confesado" sobre Alex, bueno, yo seguía sin creerle. Sentía que solamente quería alejarme de él para quedarse conmigo o una cosa así. Sí, me sentía el centro del mundo, pero, ¿por qué más diría una cosa así?, probablemente Lucía, ella podría habérselo pedido. Pero no tenía forma de sacarle información a ninguno de los dos, así que me quedaría con la duda.
Igualmente ese no era el problema. El verdadero problema era que no sabía cómo decirle a Simón que no quería nada con él, que dejara de intentarlo porque iba a ser imposible sacarme a Alex de la mente, y aún más complicado, del corazón.
En mitad de mis pensamientos sentí tres delicados golpes en la puerta y me levanté a abrir. Simón apareció detrás de ella mirando al suelo, luego levantó la mirada y sus ojos se clavaron en los míos.
-¿Qué haces acá?- le pregunté.
-No me respondías los mensajes y necesitaba hablar contigo, así que pensé que lo mejor sería venir a verte- respondió y yo suspiré.
-Está bien, pasa- me hice a un lado para que él pudiese entrar a mi cuarto-. ¿Qué querías decirme?- le pregunté y me paré al lado de la cama de brazos cruzados. Él permaneció cerca de la puerta, frente a mí.
-En realidad quería pedirte disculpas por lo que dije en casa de tu hermano- me contó-. Quise hablarte de ello antes, pero me ignorabas.
-¿Al fin admites que todo lo que dijiste es mentira?- pregunté, ignorando lo último que me había dicho.
-No, yo no dije eso- respondió-. Te pido disculpas por habértelo dicho de esa manera. Estuvo mal soltarlo así como si nada sabiendo tu situación, pero no voy a retirar lo dicho, lo siento.
-Entiendo, ¿querías decirme algo más?- pregunté con suma indiferencia. No iba a dar el brazo a torcer y él pareció notarlo, ya que no siguió con el tema.
-Realmente, sí, dos cosas más- respondió y yo lo animé a seguir-. La primera es que hoy voy a hacer una fiesta en casa de mi padre y me gustaría que fueras.
-Simón, sabes que me da vergüenza, todavía más si no conozco a nadie.
-Me conoces a mí- respondió y se acercó para agarrar mis manos-. El lugar se sentiría vacío si no vas, a pesar de que estuviera lleno.
-No lo sé, tengo que pensarlo.
-Por favor, hazlo por mí- me rogó y yo rodé los ojos.
-Está bien- acepté poco convencida, él me sonrió-. ¿Qué era la otra cosa que querías decirme?
-Sí, bueno...- se peinó nerviosamente y desvió la mirada. Luego suspiró y me miró directamente a los ojos-. Escucha, Wendy, yo de verdad creo que seríamos una buena pareja- ay no...-, deberíamos intentarlo, sé que puedo ser mucho mejor que Alex- miré hacia la puerta pensando en escapar, pero claramente no podía hacer eso-. No quiero presionarte, pero ya no puedo esperar más.
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Tú me completas
Teen FictionPor culpa de su hermano, la dulce Wendy termina viviendo en casa de Alex, el chico que no ve desde niños y que, para ella, tiene los ojos más hermosos que ha visto. Wendy sabe desde el principio que Alex le traerá problemas, y cuando la cosa empiec...