Capítulo 33

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Simón y yo estábamos yendo al apartamento de mi hermano tal como él me había dicho.

Le había explicado todo a Simón por mensajes y él había aceptado acompañarme, aunque se notaba que estaba nervioso.

-Tranquilo, Lucas no va a matarte- bromeé.

-No puedo evitar ponerme nervioso- me respondió-. Es tu hermano después de todo.

-Entiendo, sólo intenta no preocuparte demasiado- lo tranquilicé y él sonrió-. ¿Qué?

-Pareces una niña pequeña en navidad- rió él-. Estás emocionada, ¿no?

-Lucas aparece después de meses de no saber nada de él, claro que estoy emocionada.

-Entiendo- dijo-. ¿Sabes por qué se fue?

-Creía saberlo, ahora no estoy tan segura- respondí.

-¿Por qué?

-Cuando lo sepa te cuento- le aseguré.

-Vas a intentar averiguarlo, ¿verdad?

-Probablemente- respondí y ambos sonreímos.

Caminamos otra cuadra en silencio. Llegamos al apartamento y cuando iba a tocar el timbre Simón me lo impidió agarrándome de la muñeca y girándome hacia él.

-¿Qué pasó?- le pregunté, parecía todavía más nervioso que antes.

-No estaba nervioso solamente por conocer a tu hermano- me contó-. Te traje un regalo y me daba un poco de vergüenza, igualmente prefiero dártelo acá que con tu hermano mirándonos.

-¿Por qué te daría vergüenza?- pregunté y Simón bajó la mirada-. ¡Ya quiero verlo!- exclamé entusiasmada y él sonrió.

Simón abrió su mochila y sacó un hermoso perro de peluche de dentro de ella. Mi mirada se iluminó cuando lo agarré entre mis manos.

-¡Me encanta!- exclamé viendo el peluche-. ¡Gracias!- le dije y lo abracé fuertemente.

-Me alegro de que te haya gustado- me sonrió tiernamente, parecía realmente feliz de que me hubiera gustado su regalo.

-¡Ahí están!- exclamó una voz familiar detrás de mí, me giré y ví a Lucas caminando hacia nosotros-. Ya me estaba asustando que no llegaran.

-Tu hermana se atrasó- le explicó Simón.

-¡Eso es mentira!- exclamé.

-Tranquilo, yo te creo- le aseguró mi querido hermano y yo lo miré indignada, los dos se rieron-. No te enojes, hermanita- sonrió y me abrazó.

-Entremos antes de que me arrepienta de haber venido- dije.

-Los dos sabemos que eso no va a pasar- me aseguró Lucas y yo rodé los ojos-. Bueno, subamos.

Lucas abrió la puerta y un pequeño apartamento apareció frente a nosotros. Lo primero que se veía era una pequeña sala de estar, a la izquierda había un pasillo y frente a nosotros la puerta a la cocina.

-Es hermoso, me encanta- dije con total sinceridad. Me gustaba que fuera pequeño y acogedor.

-Es mejor que nada- agregó Lucas. Él era más de las casas grandes.

-Está genial- intervino Simón-. En unos años voy a mudarme a uno así- me miró y yo desvié la mirada.

-Me caes bien- le dijo Lucas y ambos chocaron puños.

Me esperaba una larga noche de soledad, se notaba que esos dos no iban a separarse.

Me senté en el sofá y Simón se sentó a mi lado.

Tú me completasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora