Capítulo 34

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Era sábado en la mañana y me desperté debido a un gran escándalo en el piso de abajo. Presté atención y me pareció que era una discusión, aunque no lograba identificar las voces.

Mi lado curioso me pedía a gritos que fuera a ver qué pasaba.

Me di media vuelta para levantarme y me encontré cara a cara con el peluche que Simón me había regalado, lo agarré y lo tiré lejos de mí.

-Wendy- me llamó Alex con su sexy voz de recién despierto mientras tocaba la puerta.

Me levanté a abrir y me encontré con un Alex adormilado y con el pelo alborotado.

-Deberías peinarte- bromeé y él frunció el ceño-. Ven aquí- me puse en puntas de pie y pasé mis dedos por su pelo desordenado para acomodarlo un poco-. Así está mejor.

-Gracias- me dijo mientras me analizaba con sus intensos ojos avellana.

-¿Pasó algo?- pregunté después de desviar la mirada.

-Cierto, iba a decirte que lo que está pasando abajo te va a interesar- respondió.

"¿Acaso me leyó la mente?", pensé.

-No me interesa escuchar peleas ajenas- mentí.

-Esta pelea sí va a interesarte, acércate a la escalera- me ordenó.

Le hice caso a Alex y me acerqué hasta lograr ver a los culpables del escándalo. Mis padres y Lucas estaban teniendo una acalorada discusión.

"¿Qué hace Lucas en casa?", me pregunté.

-¡¿Cómo pudieron mentirle así?!- gritó Lucas y luego miró hacia la escalera, nuestras miradas se cruzaron-. Wendy.

Mis padres también me miraron, y podría jurar que él estaba más blanco que el papel.

-¿Qué está pasando?- pregunté mientras bajaba la escalera-. Hasta los vecinos deben estar pegados a la pared escuchando el chisme.

-¿Por qué no nos contaste que tu hermano había vuelto?- me preguntó mi madre y yo me quedé helada.

-Bueno, yo...- no sabía qué decirle.

-Eso no es lo importante- interfirió Lucas-. O se lo dicen ustedes o se lo digo yo.

Mis padres se quedaron callados, se miraban a uno y a otro de forma nerviosa.

-Díganme de una vez qué está pasando- ordené alzando la voz.

-Ellos te mantuvieron engañada todo este tiempo- respondió mi hermano-. Yo jamás abandonaría a mi hermanita por una chica, Wendy, te mintieron porque decirte la verdad era muy complicado, les fue más fácil ponerte en mi contra y quedar como los buenos.

-No entiendo nada- admití y mi madre suspiró.

-No nos mudamos para acá por culpa de tu hermano, Wendy, tu padre perdió el trabajo, por eso estamos acá- me confesó mi madre y yo la miré estupefacta.

-¿De qué estás hablando?- pregunté nerviosamente-. Lucas se robó el dinero, no, me están mintiendo.

-Sí, por seis meses te mintieron.- Agregó mi hermano-. Yo no me fui de la casa, ellos me echaron.

-¿Qué?- pregunté.

-No quise trabajar y me mandaron a la calle- continuó Lucas.

-Eso no fue así- habló mi padre por primera vez-. Tuvimos una discusión y en el momento te dije que si no trabajabas podías irte de la casa, nunca te echamos, fue el enojo del momento.

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