Inmortales

→Capítulo 6.

Sueños que parecen reales

Está vez fue diferente, el sueño se sentía tan real, talvez eso fue debido a que podía sentir, el frío recorriendo todo mi cuerpo.
Estaba parada frente a las puertas del Instituto, por instinto las abrí pero me encontré con un bosque y unas personas a lo lejos.

Estaba tan helada que por instinto me abrace dirigiéndome a las personas pero conforme me acercaba los rostros eran más familiares, era Holly con Zack y Susie.
Discutían sobre un juego sin darse cuenta de que yo estaba ahí, en un momento repentino ya no podía avanzar, una pared gigante de cristal yacía frente a mi evitando ir con mis amigos.

Cuando apareció, Mason con una daga en la mano. Grité, grité para que me pudieran escuchar y poder advertirles.
No hicieron caso, simplemente Mason tomo del cuello de una camisa de Zack y lo atrajo hacia sí mismo enterrando la daga en la espalda de Zack. Quien estaba en el suelo, sangrando y jadeando hasta que su cuerpo no dió más y desvaneció.
Después ya no hubo rastro de Susie, simplemente se había esfumado, luego corrio hacia Holly tirando la al suelo mientras que yo gritaba de dolor.

Mason era el único que se daba cuenta que estaba ahí, siendo espectadora de semejante cosa.
La acercó a la enorme pared de cristal que nos dividía y me sonrió. Era consiente de lo que seguía así que decidí apretar los ojos pero unas lágrimas salieron por ellos, simplemente agaché la cabeza.
- No cariño, quiero que lo veas- la voz de Mason era un poco distorsionada debido al cristal.

Y cuando menos me lo esperé paso rápidamente la daga por el cuello de Holly haciendo que de desvaneciera estampando su sangre en el grueso cristal.
Automáticamente me arrodillé sollozando viendo a mi amiga que consideraba mi hermana muriendo, lenta y dolorosamente.
Cuando Mason desapareció el muro de cristal se fue con el haciendo que Holly cayera en el suelo, su cuerpo sin vida. La tomé en mis brazos aún sollozando, no podía estar pasando.
Pero se sentía tan jodidamente real.

Desperté de golpe empapada en sudor.
Revise mis mano. Limpias
Holly, ¡Holly!

Me levanté abriendo la puerta con rapidez y corriendo al cuarto de Holly.
Ahí estaba, acostada roncando. Suspiré de alivio.

- ¿Que haces aquí? ¿Estás bien?- preguntó frotando sus ojos.

Todo había sido un sueño.

Me dije a mi misma.

Un sueño demasiado real.

Entre en la habitación Holly me miraba con el ceño fruncido y la abrace fuerte. Todo había sido un mal sueño, me dije mentalmente, apreciando que Holly estuviera bien.
No me lo lamentaría si algo le pasará. Entraría otra vez en ese ciclo de oscuridad.

- ¿Está todo bien?- pregunto en mi pecho, yo negué a pesar de que no me podía ver- ¿Quieres hablar de ello?

- No- dije casi en un susurro.
Debía calmar mis pensamientos y recuerdos de la horrible sensación de verla con sangre al rededor de su cuello llenando me la blusa.
Y de Mason disfrutando cada momento. Maldito.

Momentos después no quise dormir temía que volviera aparecer el sueño, o uno peor.
Después de todo era día de colegio.
Está vez me levanté más temprano, así para poder arreglarme que al parecer era lo único que me distraía. Algo aburrido.
Ahora había elegido unos pantalones negros y una camiseta de mangas largas algo holgada.
Me había duchado, para así aliviar todo en mi cuerpo.
Callendo el agua caliente por mi espalda, era una sensación relajante, salí poniendo una toalla al rededor de mi cuerpo, por el espejo logré ver mis cicatrices. Las que habían dejado mis alas, que era un especie de transporte hacia mis pensamientos, y cuando alguien las tocaba podía entrar en mis recuerdos sin poder controlar lo que veían a menos que se enfocarán en que querían ver.
La unica persona que lo había hecho era nadamás y menos que Holly.