→ Capítulo 23.

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Confesiones.

GRACE

Baje rápidamente las escaleras. Necesitaba despejarme, olvidar o pensar en lo que había visto. No me preocupaba el primer vistazo. Era el segundo, ese que no había reconocido en un sentido, sabía que lugar era, más no porque pasaba.

¿Sería mi futuro? ¿Que había causado ese destino?

Jonathan me había hablado solo un poco de lo que había presenciado. Podría ser un futuro alterno, pero que por nada tenía que alterarlo. No sería conveniente para mí. De ahí en más no había querido contarme, quise preguntarle a Nick, pero al parecer me daría la misma información.

Ya estando afuera, no me importó nadie ni nada. Corrí directo a la profundidad del bosque, sin mirar atrás. Mientras que veía como los árboles pasaban, así alejándome de la casa.

El primer pensamiento fue Harry, tenía pequeños destellos de mi pasado con el. El sentimiento con el era de angustia, pero no recordaba el porque, ¿Que tenía Harry que me angustiaba? ¿Que le pasaría en un futuro? Tenía tanto miedo de que algo le pasará, ¿Pero que?

Después fue Holly, si ese era un futuro significaba que la volvería a ver, y su rescate saldría bien. O no. De alguna forma lo lograriamos, pero no sabía de ahí en más. Luego estaba yo, el pensamiento de mayor confusión iba dirigido a mi. Por una vez en mi existencia no sabía que sería de mi. Ahora que había dado un paseo a mi futuro mis inseguridades regresaban. Era como al principio, no tenía idea de las cosas, antes sabía porque pasaban, pero ahora era nada.

Me preocupaba mi yo del futuro, si sería buena. Seguiría teniendo complicaciones con mi sensibilidad. Tenía que hablarlo con alguien que lo pudiera entender, y ese era Peter. Era una de las personas de más confianza, podría contarle todo. Y así talvez, y solo talvez me podría dar una explicación. Si él se sentía tan confundido en cuanto su sensibilidad, o solo era yo.

Me detuve a parar en un árbol, me recargue en el para tomar un poco de aire. Eso también lo odiaba, me empezaba a asemejar a un humano. No era del todo malo, pero tampoco bueno. Podría morir si no se hacía de la manera en la que debía, esa en la que debía matar a el descendiente de mi demonio. Pero no quería ser humana, me agradaba en un sentido mi inmortalidad. Pero ahora que había encontrado a Cameron no quería alejarme de él. No quería dejarlo.

Fui sentándome lentamente hasta estar en el pasto. No sabía cuan alejada estaba de la casa, al rededor no había nada que reconociera. Me permití descansar un tiempo antes de volver, sabía que me preguntarían cosas de mis visiones.

En eso se vino a mi mente el Cameron de hace años, cuando era un mortal. Ese chico con inseguridades de todo, el chico que temía hablar de su madre por temor a recordar. Sentía un poco de lastima por el y su hermana, a ella nunca la había visto. Pero recordé que me había contado que se había hecho inmortal a temprana edad, dejándolo con su madre.

Sacándome de mis pensamientos se escucharon unos pasos muy cerca de mi. Abrí los ojos alertada y me levanté en busca de algo a alguien. Voltee a ambos lados pero no había nada, solo la naturaleza.

— ¿Buscas a alguien?

Al escuchar su voz me relaje. Tenía una sonrisa en el rostro, sus ojos brillaban al verme. Y debía admitir que eso me encantaba.

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