→ Capítulo 16.

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Porristas


Hace tiempo que no tenía sueños, no de esos que parecían tan reales. Pues esta noche los había tenido.

Estaba en una habitación rodeada de paredes de color gris, a lo lejos había un cuerpo. Por su color de piel se veía que estaba con vida. Me levanté y camine hacia el, era una chica, una que conocía muy bien.

Estaba tendida en el suelo, probablemente agonizaba de dolor, o de igual forma estaría congelándose.

Esa cabellera rubia que tanto brillaba había perdido todo su brillo, era de un amarillo apagado.

Estaba temblando, me arrodillé a un costado de su cuerpo, levanté su cabeza poco a poco. Cuando mire su rostro casi me desmayo.

Estaba con dos golpes, uno tenía color morado, ese venía del ojo. Otro que daba un verde estaba en el pómulo derecho. No había sangre.

Tome con cuidado su rostro, me veía sin ganas. En su mirada había cansancio. Se escucharon voces que provenían de afuera, después más cerca, hasta que se escuchó el crujido de la puerta. Quise voltear pero fue tarde, ya había despertado.

...

Me levanté rápidamente, estaba sudando, la alarma sonaba a un lado de la cama. Por el balcón entraba el sol. El día estaba más feliz que yo.

Cameron había acordado que entrenaría después de la escuela, y que el se aseguraría que fuera.

Apague la alarma y volví a acostarme.

(...)

Bajé las escaleras rápidamente, mientras me pasaba por la cabeza una sudadera guinda.

Me tope con Jonathan y lo saludé. Me había quedado dormida, Cameron ya me esperaba en su auto y yo aún no había ni comido.

Tomé un paquete de galletas que Rose habia dejado en la mesa, me despedí y corrí a la puerta.

Por poco me estrello en ella pero logré esquivarla. Cameron estaba parado de brazos cruzados en la puerta del copiloto. Me acerque y vi como negaba, pero también reía.

- ¿Que?- me metí una galleta a la boca.

- Tu mochila- señaló mi hombro- no la llevas.

Mierda. Torpe torpe.

- Descuida, yo voy por ella, tu sube al auto- me indicó.

Me recargue en el asiento, cerré los ojos para darme más tranquilidad. Y si podía dormir más también.

En un santiamén regreso Cameron con mi mochila.

Me acurruque en el asiento, y apoyé la frente en el vidrio, me dormiría mientras llegábamos al instituto.

...

Un movimiento me despertó, habíamos llegado. Mire afuera, había muchas personas. Frente a nosotros estaba el auto de Nick.

Abrí la puerta y puse un pie abajo, era constante que probablemente era la única chica que había bajado del auto de Cameron. Y que ahora todos me verían. Si ya antes me habían notado, ahora estaba segura que me reconocerían en cualquier lugar.

Metí mi pie y cerré la puerta, mire a Cameron, estaba sereno.

- Y-yo... No sé, es.. que.

- Tranquila, si quieres podemos entrar por el subterráneo.

Me lo pensé, sería una buena idea, pero si quería estar con él debería perder mi miedo. No miedo, la cosa era que aquí hablaban hasta por los codos.

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