Inmortales

→ Capitulo 25.

Entre más buscamos, menos encontramos.

No sabía a lo que se refería Cameron con "Ya vienen".

¿Nos habían descubierto? ¿Porque todos estaban calmados?

Así que espere sin exponer mis dudas. No sabía quién vendría, y porque los demás si sabían y yo no. Me daba cuenta que no estaba enterada de muchas cosas, entendía que en algunas tenía que ser confidencial. Pero había otras que me hacían dudar.

Entonces la puerta se abre sin aviso previo, y soy la unica que se sorprende. Por ella pasan un grupo pequeño, dos chicos y una chica. Llevan unas enormes maletas y bolsas plásticas. Colocan sus pertenencias en la mesa de centro y hablan entre ellos.

De pronto una nueva mujer atraviesa la puerta. Tiene un cabello castaño voluminoso, y es alta. En cuanto notan su presencia la reciben con una sonrisa. Thomas es el primero que se levanta y la saluda con un cálido abrazo.

Seguido de él se aproxima Adam. La mujer lo palmea en la espalda y le sonríe. Sin aún entender que pasa, me levanto para huir. Pero en eso me llama una voz detrás.

Giro sobre mis talones y le sonrió a aquella mujer que me ha llamado. Se acerca a mí y me toma por sorpresa su abrazo. Lo correspondo un poco dudosa, puedo ver como Adam se ríe de mí expresión.

Toma mi rostro entre sus manos y lo observa con detenimiento. Trato de no hacer contacto visual, estoy muy confundida por lo que hace que no me deja procesar nada más. No tengo idea de a dónde quiere llegar pero solo quiere que se acabe. Suelta mi rostro, siento un poco más de calma cuando lo hace. Retrocedí dos pasos.

— Grace ella es la hermana de Jonathan,—me sorprende la voz de Cameron detrás mío.

La mujer sonríe y me entrega una tarjeta, claramente leo lo escrito: Gina Hale. Maquillista profesional.

Mi boca forma una "o" al momento de darme cuanta para que está aquí.

— Jonathan me pidió que viniera, le dije que solo llamara para emergencias. Y veo que está es una, ¿quisieran decirme que pasa?

Tomo una bocanada de aire y me atrevo a hablar.

— Una amiga mía…más bien es como mi familia,— sonrió con nostalgia— es por ella que estamos aquí.

— Oh cariño, lo siento tanto. Haré que te veas espectacular en ese casino, todo por ella.— me da una sonrisa de labios cerrados.

•••

Me encuentro sentada frente a un espejo con más iluminación que estar bajo el sol. Estos últimos quince minutos se han hecho infinitos, no me daba cuenta de lo mucho que podría valer el tiempo, o lo que podría durar un procedimiento de maquillaje.

Mis rutinas de maquillaje constaban en tan solo máscara para pestañas y labial. Era todo. Lo que llevaba ahora puesto era más, no me sentía diferente, seguía siendo yo. Solo que con capas de maquillaje que parecían mi piel natural. Era…perfecto.

Sabíamos que al lugar que iríamos era de alto prestigio. Por lo que no debía vestir con lo habitual, todo estaba planeado.

Mientras que escogía entre la mina de ropa que había traído, yo pensaba en las posibilidades de este día. Quería pensar que sería fácil y nadie saldría herido, si seguíamos el plan al pie de la letra eso podría pasar, y si no…no quería ni imaginarme lo que pasaría.