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MINI CAPÍTULO POV ERIK. PRONTO EL 48 CON MIA Y NORMALIDAD 

DISFRUTEN 

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La brutalidad con la que pega a Mia me mata. Tiro de las esposas, noto los tendones de mi mano quejarse, pero no me importa. Grito cuanto puedo, pero sé que la sala está insonorizada y que a Dominik no le importa.

—¡Grita! —Le exige Dominik.

Mia, con el pecho en la mesa y las manos bajo él no lo hace. Es valiente, pero estúpido.

—No —aprieta los dientes.

Dominik se atreve a pasar una línea más. Le baja los pantalones de un tirón y le azota aún más fuerte. El sonido rebota en toda la sala. La cara de Mia se alza hacia a mi, con los labios hechos una fina línea, apretados, los ojos cerrados con fuerza y una lágrima cayendo por su mejilla.

El corazón me da una sacudida tremenda. Siento como si me abrieran y me apuñalaran.

—¡Grita! —Le vuelve a gritar.

De nuevo, no lo hace. Y cuando alza la cabeza por el dolor, se me clava en el corazón. Un puñal más. Helado.

—Grita Mia —le suplico.

Le coge del pelo con rabia, alza su cabeza, su pecho y aprieta las caderas contra ella.

—Si no gritas así te haré gritar de otra manera.

Veo como se baja él el pantalón y veo como dirige su polla a Mia.

—¡No! —Mia se mueve tanto como le es posible.

—¡Dominik! —la impotencia sale de mi, de lo más profundo. Va a matarla. La voy a matar—. ¡Por favor! ¡Lo que quieras!

—Quiero que te hable —alza más su cabeza tirando del pelo. Le hace daño, le hago daño— ¿Que sientes?

—Que vas a violarme cerdo asqueroso.

No.

Lloro como un crío.

—Por favor, Dominik.

Pero me ignora.

—No... te recuerdo que eres mi sumisa y en pocas horas mi mujer ¿No me notas? Mira a Erik. Erik, estoy a punto de entrar, quiero que la veas.

—Te voy a matar —escupo—. Te voy a matar. Si te atreves a hacerlo, te mataré.

—¿Cómo dices? —me mira a mi, con ojos chispeantes.

—Voy a matarte de la forma más dolorosa posible.

—No, eso no tenías que decirlo.

Se mueve un poco más y Mia vuelve a moverse desesperadamente.

—¡Te quiere! ¡Quiere que vuelvas a ser su compañero de juegos! —Las palabras salen de su garganta a borbotones, asustada, aterrada— ¡Hace esto para hacerte daño!

Lo va ha hacer, delante de mis narices. No puedo hacer nada.

—Dominik, seremos los de antes —le prometo—. No me casaré con ella.

—Quiero que veas como me la follo.

—No mires —me dice— es lo que quiere.

—Dominik ¡No! ¡Déjala! ¡Suéltala!

La puerta se abre. Gracias a dios.

—Sepárate de ella muy lentamente —dice Aaron apuntando a Dominik.

MIA, ERES MÍA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora