MIA, ERES MÍA

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No me lo puedo creer ¿No es lo que siempre he querido? un matrimonio donde haya amor de verdad. No como con Mark "se suponía que era lo que debía hacer", pero él. Erik, Erik no es de pedir matrimonio.

—Di algo... —sonríe nervioso.

—¿Quieres hacerlo de verdad?

—Es de lo único de lo que estoy completamente seguro.

—Sí —asiento—. Sí Erik Dagger.

Sonríe. Coge el anillo y lo pone en mi dedo, entra a la perfección. Ambos nos quedamos mirando la alianza y al mirarnos, sonreímos.

—No. Puede. Ser —Nika está en la puerta de la enorme casa— ¡BODA!

Corre hacia a mi y me abraza tirándome de espaldas contra el suelo.

—Nika —digo con una carcajada intentando respirar.

—¡Te vas a casar con mi hermano! —Me chilla al oído— ¡Vas a ser mi hermana!

—Nika, me gustaría que Mia sea mi prometida durante más de un minuto.

Nika se levanta y ahora le toca a su hermano. Aplasta a Erik contra la nieve y le da mil besos ¿De verdad ella es alemana?

—¿Qué pasa aquí? —pregunta Fred acercándose sobre la nieve.

—¡Erik le ha pedido a Mia que se case con él! ¡Hay boda!

Fred viene a mi sin pensarlo dos veces y me abraza con fuerza.

—Gracias —me susurra al oído.

—Quiero a tu hermano —suelto una risita.

Se separa de mi y le da un abrazo fuerte a Erik con unas palmadas sonoras en la espalda.

—Enhorabuena, capullo. Espero que eches mas polvos y tu humor se relaje —suelta con una sonrisa burlona.

—Vamos dentro —me mira—, te vas a congelar.

—Sabes que no —le guiño un ojo y vamos dentro.

Pero Nika no ha acabado con la celebración, grita a todo el mundo y en cuestión de segundos, alarmados por los gritos, toda la familia está en el vestíbulo.

—¿Qué pasa? —inquiere Oliver mirando como Erik me coge de la cintura.

—Tu hermana y yo nos vamos a casar —dice con valor. Hasta yo lo noto.

Oliver se acerca a Erik y entrecierra los ojos.

—Te voy a cortar los huevos mientras duermes.

Le grito, pero se va de nuevo en dirección a su habitación.

—Se lo ha tomado bien —comento.

Y como no puede ser de otra manera, mi madre es la protagonista.

—¡Sí! ¡Vas a estar preciosa de blanco! ¡Las flores! ¡Llamaré para las flores! ¿Y cuando será la boda? ¡Oh dios llevo esperando este día mucho tiempo! aquella boda con Mark fue pésima, por fin un marido con dinero Amelia, así se hace, voy a por una cosita —se marcha escaleras arriba.

Y ahora. El padre de Erik. Parece que se ha quedado de piedra. No habla, solo me mira a mi, no a su hijo.

Angus se acerca a mi y coge mi mano.

—Lo siento mucho. Eras una chica increíble —mira a su hijo—. Has olvidado mi consejo.

"Mejor que no te quiera nadie o acabará en un ataúd"