57

18.5K 1K 266
                                    

—Mi nombre es Amelia Clark, tengo veinticuatro años y en dos días cumplo los veinticinco, el mismo día que daré el si quiero si mi marido me elige a mi en vez de algo irreal que siente. Tengo un hermano pequeño que está a mi cargo porque mis padres...

—Cállate.

—¡Porque mis padres nos dejaron crecer solos y no quiero lo mismo para él! ¡Tengo cuatro perros que son como mis hijos y...!

Se quita el pasamontañas. El mismo chico que nos atacó a Nika y a mi... el mismo que no dudó en meterme la pistola en la boca, el mismo que amenazó con enviarme a trozos a Erik si se le ocurría joder a su jefe.

¿Hemos jodido a su jefe? ¿Lo hemos hecho? Técnicamente fue Dominik.

—Fue Dominik.

—Me da igual, a mi me pagan por ti.

Tengo que ganar tiempo, la policía tiene que estar al llegar y...

—¿Porque has matado a toda esta gente?

—Porque así tu asesinato será un acto de terrorismo, como el de todos.

—Pensé que Mc. Mad quería ser más creativo y más ahora que está en la cárcel.

—Cierto, prometimos descuartizarte —una sonrisa afilada le cruza el rostro.

Una corriente de aire me hace temblar por el repentino frío que llega a mi piel mojada por la sangre.

—Pero supongo que ahora... —sus palabras se quedan en el aire.

Un disparo más, solo uno, rápido y firme. Mi agresor se desploma hacia a mi. Ruedo como puedo y cae donde yo estaba tirada.
Después de eso, una nube gris empieza a nublar mi visión, la adrenalina en mi cuerpo me hace ahora temblar y cuando alguien intenta llevarme al exterior siento como me consume esa cálida oscuridad.

—...me da igual, es mi mujer ¡Soltadme!

Me incorporo con cuidado en la camilla en la que descanso. La puerta, se abre de golpe y con rabia, pero sé que no es hacia a mi...

—Dicen que ha sido un loco con una pistola.

Trago saliva con dificultad.

—El mismo tipo que nos atacó a Nika y a mi, ha sido él.

Por un momento creo que se va a desplomar. Me levanto alarmada de la camilla y voy con él, no rechaza mi ayuda, ni que lo lleve hasta donde yo estaba.

—Erik —digo cabreada—. Erik, va a verte un médico ahora mismo.

—No es el momento... —dice agotado, ahora si que parece que está enfadado conmigo— ¿Vas a decirme que narices ha pasado? Te vas de Alemania, me dices que no habrá boda y casi mueres... Kate me ha dicho que estabas con Mark cuando pasó todo.

—Sí, estaba con Mark. Me había quitado algunas cosas, quería que volviera con él.

—¿Y tú querías volver con él?

—¡No! ¡Claro que no!

—¿Entonces...?

—Erik, Dominik me ha quitado la casa. Bueno, él no, pero podría haber tenido más tiempo.

—No sé que narices está pasando —se frota los ojos con pesadez—. ¿Sabes? Odio esto —me mira fijamente, me escruta con la mirada de una manera que ya he visto alguna vez.

—Erik, por favor, las pruebas. Hazlo por ti.

—Te quiero, pero a mi nadie me da ultimátums. Deberíamos...

MIA, ERES MÍA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora