19. Bajo sus Alas

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—La gente nos está viendo feo...

—Estamos llenos de tierra y con cara de no haber dormido en una semana. Es normal que nos vean feo.

Jungkook infla los mofletes un momento y continúa caminando junto a Jimin. El menor había conseguido una parada de lo más escondida y a la cual había mucha gente. Subirse al autobús costó pues en un principio ni siquiera quisieron dejarlos subir. La dirección final fue una vía que acorta muchísimo el camino hacia Seúl, estando en la parte más fronteriza de la ciudad. Jimin sigue enfermo, pero al menos puede caminar por su cuenta.

— ¿Qué hacemos ahora? —cuestiona cuando Jimin se cansa y toma asiento en el asfalto.

—Solo... esperemos aquí. Namjoon y Jin no están lejos. Debieron estar a unos diez minutos de distancia nuestro y no nos conseguimos por mala suerte.

— ¿Están tan cerca?

—Los siento cerca. —Exhala frotándose la cara y queriendo llorar de lo mal que se siente.

— ¿Ya los llamaste?

—No cae la llamada. No sé qué puede estar pasando.

. . .

— ¿Seguro que Jackson no se equivocó?

—Sí. Es medio atolondrado a veces, pero no tan ciego—Afirma Namjoon bajando del auto y empezando a caminar a prisa entre la multitud—. Además, es imposible que confunda a Jimin ¿Cómo lo haría?

—Dijo que estaba marrón.

— ¡Eso ya es otra cosa! ¡Es imposible confundir a un pavorreal!

Jackson los había llamado y extendido quizá demasiado. Había visto a Jimin en un noticiero donde hablaban de la entrada y salida de la gente a la ciudad. Dijo que tenía las plumas sucias y todo el cuerpo en general, siendo cargado por alguien de ojos grandes. Tuvieron problemas para saber porque lugar exactamente entraron, pero encontraron los mil atajos para llegar rápido.

También lo pueden sentir cerca por más que Jin insista en que el chino pudo equivocarse en lo que vio. Namjoon bufa frustrado. Está tan malditamente cerca y la muchedumbre no ayuda una mierda a que se consigan. Gira hacia Jin que está ojeroso y dormitado.

—No es mi mejor idea, pero: Ve a comprar ropa, medicina y algo de comer. Deben estar fatales si pasaron la noche fuera—saca su billetera y se la entrega—. No te excedas, es solo para poder ir a la estación de trenes e irnos.

—Claro, te llamaré cuando lo tenga todo ¿Algo más?

—Si lo encuentras tu primero llámame, iré por ustedes. —Jin asiente.

Ciertamente el separarse es lo contrario a lo que deberían hacer en este momento, pero tampoco es funcional ir, encontrarlos y no tener que darles de comer, que vestir y nada de nada. Si el pavorreal estuvo fatal con tiempo de cuidado, un día a la deriva podría llevarlo a una pulmonía y Jungkook va a estar demasiado tenso.

Por no decir asustado y lloroso. Sigue teniendo dieciséis, que su único soporte esté enfermizo no lo ayuda en lo más mínimo. Camina entre la gente sin prestar atención a los reclamos de chocar y hacer daño accidental.

En dado caso ¿Por qué no se alejan? Es imposible no notarlo con lo gigante que es. Esquivarlo como a la peste es más sencillo que huir de la misma peste.

. . .

—Mira, mira mira mira—Jungkook lo hace levantarse para ir a ver lo que pasa justo frente a ellos. Jimin apenas es capaz de prestar atención a lo que pasa. Son artistas callejeros. Mira a Jungkook de reojo. Obviamente cansado, pero hallando un pequeño espacio para dispersarse.

Aurora || BOOK 4#Donde viven las historias. Descúbrelo ahora