20. Motivaciones Ridículas

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No tiene ni la más remota idea de cuál es la talla de ropa de Jungkook. Asume que la misma de Jimin. Son casi del mismo tamaño, exceptuando que el menor últimamente está más ejercitado. Lástima que sea Omega, no va a crecer más de allí y espera que no lo haga. Así de lindo es perfecto.

Le da un poco de envidia. A esa edad ya él tenía los hombros enormes, también las alas. Era un desastre. Mientras pasa la tarjeta en el punto se imagina una versión demasiado extraña y paralela de su vida y le cuesta imaginarse un entorno enteramente feliz.

Pues ya están establecidos los siete y sin él ser un Alpha, Jimin no habría llegado a su vida y la de Namjoon. A final de cuentas, siendo Omega ¿Para qué llamar a otro? Namjoon no querría un trio de dos Omegas. Por la simple razón de que uno es el que necesita para querer y nada más. Exhala con deje desilusionado tomando la bolsa.

Agradece ser Alpha, pues tiene a Jimin de Omega. Eso es un punto a favor de su casta. No obstante, el deseo de vivir como un Omega sigue acechando su pensamiento y deseos. Una especie de curiosidad irrefrenable. Como se sentiría vivir así. Ser pequeño, tener alas delicadas, manos pequeñas, aroma que resulte más atrayente que una advertencia de peligro.

— ¿Aunque cómo se le tiene miedo al olor de pasteles? —Se pregunta en voz baja a medida que escoge lo que va a llevarse de la pequeña cafetería pastelería—. Empiezo a creer que me tuvieron engañado todo el tiempo ¿Un pastel asesino? ¿Un biscocho envenenado tal vez? La panadería maligna. —ríe en voz baja.

Paga y toma la bolsa, es jalado del brazo adentro. Frunce el entrecejo, ve a la persona que lo hace. No lo reconoce en lo absoluto. Si espera que lo haga, mejor que se siente, porque realmente no le suena, sin importar cuanto le mire en la espera. Acaba por sentarse de manera brusca. Caído en la silla en realidad.

—Lo que sea que necesite, no tengo tiempo. Con permi-

—Dudo que Namjoon haya encontrado al Omega aún. Encontrar una persona en una ciudad tan transitada es complicado sin importar nada. Quédese en su asiento, señor Kim—se inclina ligeramente hacia atrás ¿Cómo puede saber de eso? Este tipo—. A menos que quiera amenazarme como lo hizo por teléfono.

—Ah.

Para ser sincero, se bloqueó: ¿Qué se supone que haga con el tipo que lleva tanto rato haciéndoles la vida cuadritos? Explotó su maldita casa y está amenazando su vida ajunto a los de sus vinculados. Su expresión en blanco le causa gracia. Él cruza las manos sobre la mesa.

—Soy Yoo Seung-Ho.

— ¿Se supone que debo reconocerte o algo así? No lo hago ¿Quién eres? ¿Eres un loco fanático, un productor... qué? —le está destruyendo los nervios que esperé algo de él.

—Porque será que no me sorprende—Bufa disgustado antes de sonreír, fingiendo demasiado bien el desagrado y Jin frunce el entrecejo nuevamente ¿Actor o algo así? —. Siempre tan perdido en tu mundo perfecto sin ver alrededor.

—Ah, vale, claro, es mi culpa mía no acordarme si he visto a una persona siendo que he visto a unas doscientas por día porque soy un ser social que sale de casa. —Seungho blanquea los ojos, sin variar esa expresión en lo absoluto—. Lo que me falta es que me digas que estás persiguiéndonos porque no te recuerdo en lo abso-

—Parecido. Casi le atinas.

Jin guiña los ojos y mueve los labios ¿Dónde pudo haberlo visto? Sigue sin sonarle por más que trata de recordarlo.

—Sabes—Se hace el cabello atrás moviendo la cabeza—. Me hace tanta gracia que creas vivir una desgracia, cuando en realidad es la vida misma frente a ti. Que se te acabara la fortuna de una vez y por fin.

Aurora || BOOK 4#Donde viven las historias. Descúbrelo ahora